A modo de resumen, lo que nos encontraremos en Blackguards será un juego cuyo desarrollo principal serán combates estratégicos por turnos en un mapa estructurado en celdas donde podremos realizar ciertas acciones como mover a nuestros personajes, atacar enemigos, lanzar hechizos curativos o de ataque o usar objetos, siempre que dicho personaje tenga el turno. Es decir, básicamente y como definición para los no iniciados en este género, Blackguards es un juego de estrategia por turnos con un gran componente de juego de rol (mejora de personajes) y cuya historia se nos narra en base a diálogos con otros personajes, aunque no tendremos libertad para explorar entornos salvo los dados por un mapa donde se marcan los puntos a los que podemos ir y donde sucederán estas conversaciones o más combates.
Por lo que hemos podido ver hasta ahora, Blackguards cumple bastante bien en casi todos sus puntos. Empezamos la aventura con tres héroes, nuestro hombre o mujer y dos más que se unen nada más comenzar el juego, un enano guerrero y un humano mago. A la hora de crear nuestro personaje quizás se le echan en falta algunas opciones extras, ya que solo podremos seleccionar su nombre, si es hombre o mujer y elegir algunos de los tres posibles perfiles, mago, guerrero y cazador, con algunas de sus posibles apariencias físicas. Hoy en día, en la mayoría de los juegos de rol tenemos infinidad de posibilidades, y este Blackguards se queda un tanto corto en este sentido, quizás debido a que se han limitado algunas de las características del universo The Dark Eye, en el que el juego se basa. Peor aún, en los primeros cinco minutos de juego se nos unen al grupo un mago y un guerrero, con lo que si queremos tener un grupo compensado lo ideal es crear un cazador para poder así lanzar flechas.
La exploración, como decíamos, se basará en un mapa visto desde una perspectiva superior donde estarán activos una serie de puntos a los que podremos ir (haciendo click sobre ellos), momento en el que se cargará el sitio. Éste puede ser un pueblo, ciudad o zona de descanso (pantalla estática donde podremos hacer diferentes acciones) o un punto de lucha donde la pantalla se convertirá en una especie de mapa de cuadrículas donde comenzará nuestro combate.
Es aquí, en el combate, donde Blackguards tiene un buen puñado de opciones que tendremos que tener en cuenta para no perder a las primeras de cambio (lo que también puede resultar ser un problema). Como la mayoría de los juegos de este estilo, tendremos una lista de turnos (zona inferior izquierda) donde veremos el orden de cada personaje en actuar incluyendo nuestros hombres y los enemigos. Cuando tenemos el turno podremos movernos por las cuadrículas iluminadas pudiendo realizar alguna acción (lanzamiento de hechizos, ataque o uso de objetos siempre que los tengamos equipados en nuestro cinturón), pero también podremos movernos por cuadrículas no iluminadas (más lejanos al pesonaje) pero no tendremos opción de realizar acción alguna hasta el siguiente turno.
El desarrollo de los combates también es muy similar al de otros juegos. Pulsando el botón derecho del ratón aparecerá la rueda de opciones del personaje con sus hechizos, ataques y opciones, y haciendo clic en uno de ellos y seleccionando el objetivo (enemigo o zona de mapa) se llevará a cabo. Quizás uno de los elementos más interesantes del juego está en los mapas precisamente, sobre todo en algunas zonas interactivas que encontraremos en ellos. A veces veremos palancas que deberemos activar para abrir puertas (en medio de un combate y perdiendo el turno), o elementos en el mapa que podremos utilizar para cubrirnos (incluso desplazándolos para cubrirnos mejor) así como también elementos en el entorno que podremos usar a nuestro favor (avisperos o cajas que podemos tirar encima de los enemigos, trampas en el suelo, o incluso estalastitas que se caerán cuando realicemos un golpe fuerte y golpeará a quien pille en su camino). Estos elementos representan lo más curioso de todo el juego porque muchos de ellos serán imprescindibles para poder ganar la batalla.
Como vemos, el hecho de solo tener dos opciones de juego (exploración con conversación y lucha) simplifica bastante el desarrollo del juego en sí, pero no de los combates, donde encontraremos más de un dolor de cabeza casi desde el principio. Quizás, el principal problema de Blackguards es su dificultad, y no es que sea especialmente dificil su control o su desarrollo, si no más bien el equivocarnos dentro del juego. Esto quiere decir que si, por ejemplo, escogemos a un personaje al inicio de la aventura y lo personalizamos de una forma concreta, esto marcará el resto del desarrollo del juego (como todos los videojuegos), pero en este caso para mal ya que si nos equivocamos en lo más mínimo a la hora de mejorarlos o potenciar algunas de sus habilidades nos encontraremos tarde o temprano con un combate que no podremos resolver y tendremos que empezar el juego desde el principio, o desde una grabación anterior. Un buen grupo compensado (mago, guerrero y cazador) es la mejor clave para poder avanzar en la aventura. Si escogemos un mago, por ejemplo, tendremos combates más adelante donde nos encontraremos con problemas (por ser débiles), y si escogemos un guerrero también podremos tener problemas en los combates a distancia (y doy fe que hay muchos).
Pero ¿cómo descubrimos esto? En mi caso particular, empezando una tercera partida después de ver que mis dos anteriores no iban a ninguna parte, lo que no es nada bueno (tener que jugar más de una vez desde el principio no mola nada). En muchos juegos de rol uno tiene la posibilidad de variar las estadísticas de sus personajes o incluso de seleccionar otro en medio del juego, pero aquí no al menos en la versión de Steam Early Access a la que hemos tenido acceso (y la cual, dicho sea de paso, ha variado muchísimo con respecto a la versión que pudimos ver en el pasado E3 2013, sobre todo en interfaces y menú de juego).
Esperamos poder traeros el análisis de Blackguards tan pronto esté la versión definitiva del juego disponible, y que aparecerá en el mercado a principios de 2014.