Análisis Angry Birds - Los pájaros vuelan directos a la diversión

Completar los casi 200 niveles del juego nos mantendrá entretenidos un buen montón de horas, con una curva de dificultad creciente y desbloqueando interesantes extras cada pocas pantallas. Lo mejor son las primeras horas de juego, mientras vamos experimentando con nuevas construcciones y descubriendo el poder de los pájaros, luego la evolución desaparece y la fórmula se hace un poco más repetitva

Tan sencillo como inclinar la palanca analógica (y pulsar X) para disparar a los pájaros con el tirachinas intentando causar el máximo daño posible. Poco a poco la cosa se va complicando con estructuras más complejas y resistentes, pero también conseguiremos pájaros con habilidades especiales como multiplicarse, hacer picados o lanzar huevos explosivos. Eso sí, en demasiadas ocasiones el factor suerte es el decisivo...

Los chicos de dieron en el clavo creando un título tan innovador y divertido como lleno de posibilidades, y que tiene en su simple - pero eficiente - mecánica de juego y en su minimalista (pero cuidada) estética sus mejores bazas. El único pero que podemos poner es que el salto a PSP no ha añadido nada a la franquicia, y estamos seguros de que la fórmula puede explotarse más, mucho más.

Con gráficos agradables, claros y sencillos - algo que se entiende muy bien, y que no desentona con el concepto descargable del juego - resulta incomprensible que encontremos ralentizaciones puntuales cuando entra en juego el motor físico (en los derrumbes) o ver jaggies por la mayor resolución. La banda sonora se limita a cumplir, y lo más destacable son los FX de pájaros y cerdos.