Call of Duty: Black Ops III - Análisis

Este año, Call of Duty golpea mejor que su rival por el puesto a mejor FPS de estas navidades. Lo hace con una propuesta mucho más completa en todas sus vertientes, y con una franquicia que si bien no está a la altura de Star Wars, a nivel de juego ofrece mucho más gracias a un gran modo historia que, por primera vez, permite juego cooperativo para cuatro jugadores (y que funciona muy bien), además del ya clásico modo zombi (que también cooperativo para cuatro y este año vuelve a ser gratuito) y el, como siempre, magnífico modo multijugador (con sus miles horas de juego).
En un intento por hacer algo distinto, los chicos de Treyarch han intentado, de alguna forma, mezclar el funcionamiento de juego que ya conocíamos de CoD con algo que ya habíamos visto en Xbox 360, One y PC en Titanfall, esto es, un juego donde los personajes tienen poderes especiales que les permite andar por las paredes, controlar drones a distancia (o incluso torretas) y lanzar distintos tipos de poderes (por llamarlos de alguna forma aunque estén enmascarados en habilidades tecnológicas). De hecho, Black Ops III es lo que tenía que haber sido Advanced Warfare (el Call of Duty de 2014), ya que éste último prometía todos estos mismos poderes pero que no nos ofrecía salvo en contadas ocasiones y casi en modo película (escalar por las paredes, por ejemplo, era simplemente cuando y donde el juego quería).

A pesar de todo eso, hay que decir que Black Ops III es un pequeño paso adelante en la dirección que conocemos, pero tampoco es 100% innovador, ya que muchos de sus elementos ya se han visto antes, y en todo momento nos sentimos estar jugando a un CoD (incluso en el multi, a pesar de las especializaciones). Estos nuevos elementos puede incluso no gustar a algunos jugadores clásicos de la saga que les puede hacer pensar que no es el Call of Duty que de verdad querían ver (sobre todo a aquellos que echamos de menos la Segunda Guerra Mundial en la actual generación). Poder planear o hackear robots a distancia no es algo que los aficionados a esta saga de shooters esperasen, pero al menos sigue teniendo todos los elementos clásicos para intentar contentar a la mayoría. Además, Call of Duty siempre es una apuesta segura para todos los aficionados a los FPS que se acaben de comprar una nueva consola (o que hayan actualizado su PC) y aún no sepan qué llevarse a la boca.