A partir del 9 de octubre de 2025 (16 de octubre en su versión física) llega su Absolum, el cual marca un punto de inflexión en el género beat %u2019em up, al fusionar la acción clásica de desplazamiento lateral con una estructura roguelike profundamente estratégica. Absolum se ambienta en el mundo de Talamh, un reino devastado por un cataclismo mágico que ha dado paso a la tiranía del Rey Sol Azra. La narrativa se construye sobre la rebelión de cuatro héroes: Galandra, espadachina ágil con poderes nigrománticos; Karl, un enano de fuerza bruta; Cider, pícaro con brazo extensible; y Brome, hechicero rana con dominio de la magia prohibida. Cada personaje posee habilidades únicas, motivaciones narrativas y estilos de combate diferenciados, lo que refuerza la rejugabilidad y la conexión emocional con la historia.
El sistema de combate de Absolum se basa en la sincronización precisa de ataques para romper guardias enemigas, encadenar combos y aplicar magia elemental como fuego, hielo o rayos. A lo largo de cada partida, desbloqueamos movimientos alternativos, mejoramos estadísticas con EXP y adquirimos objetos en posadas que modifican nuestras builds (configuraciones de personaje). Esta metaprogresión entre runs (intentos de partida) permite experimentar con configuraciones que desbloquean nuevas rutas, secretos y jefes. La estructura de caminos ramificados y misiones secundarias con recompensas únicas refuerza la exploración, mientras que el diseño de niveles hechos a mano aporta una estética vibrante que mezcla pixel art con animación moderna. La presencia de criaturas como los Gnolls y jefes con patrones complejos exige adaptabilidad y conocimiento profundo del sistema de juego.
Visualmente, Absolum destaca por su animación artesanal, obra de Supamonks, responsables de proyectos como Rabbids Invasion: Mission to Mars. Cada escenario ha sido diseñado con detalle artístico, desde las minas de Grandery hasta los bosques de Jaroba, creando una atmósfera que refuerza la narrativa. La banda sonora orquestal, compuesta por Gareth Coker (Ori, Halo Infinite), cuenta con colaboraciones de Yuka Kitamura (Dark Souls, Elden Ring), Mick Gordon (DOOM Eternal) y Motoi Sakuraba (Golden Sun), lo que añade una capa emocional al viaje de los héroes. La historia se desarrolla con la guía de Uchawi, una hechicera que lidera la insurgencia, y las Hermanas Raíz, guardianas de la magia prohibida. Juntos, fortalecen a los rebeldes en su misión por derrotar al dictador y revelar el secreto detrás de su poder creciente.
La jugabilidad de Absolum se adapta tanto al juego en solitario como al cooperativo local y online, permitiendo unir fuerzas para enfrentar las huestes del Rey Sol. Cada partida es distinta gracias a la aleatoriedad de objetos, enemigos y rutas, lo que exige planificación y conocimiento del entorno. La progresión no solo afecta a los personajes, sino también al mundo, desbloqueando nuevas zonas y eventos que modifican el curso de la historia. La dificultad escalonada y los desafíos estratégicos convierten cada sesión en una oportunidad para perfeccionar nuestras habilidades y descubrir nuevas sinergias entre personajes y objetos. La edición especial física incluye cuatro pines metálicos, libro de arte, póster ilustrado y tarjetas de personaje, reforzando el vínculo con el universo del juego.
Comparado con títulos recientes como Hades II, Vengeful Guardian: Moonrider o Young Souls, Absolum se posiciona en una línea muy clara: combate directo, progresión persistente y una estética que no busca realismo, sino expresividad. A diferencia de la cámara isométrica de Hades, aquí el plano lateral nos devuelve a la esencia del arcade, pero con capas de profundidad que recuerdan a los sistemas de roguelite modernos. En cuanto a estilo artístico, se aleja del pixel duro de Moonrider y apuesta por una animación fluida, casi cinematográfica, que recuerda a los sprites (personajes animados en 2D) de los juegos de lucha de los 90. La sensación de impacto, el ritmo de los combates y la variedad de builds lo acercan más a un Dead Cells que a un Streets of Rage, aunque la raíz beat %u2019em up esté presente en cada golpe.
Después de más de cuatro décadas jugando, desde los salones recreativos donde metíamos cinco duros en Golden Axe o Final Fight, hasta los roguelikes que nos tienen hoy en día haciendo min-maxing (optimización extrema de estadísticas), encontrar un juego como Absolum es como volver a casa, pero con mejores herramientas. No se trata solo de aporrear botones, sino de entender el ritmo, leer los patrones, construir una build que funcione y adaptarse a cada run. Es ese tipo de juego que nos hace sentir que el género no ha muerto, solo ha mutado. Y si algo hemos aprendido en todos estos años, es que los buenos juegos no envejecen: evolucionan. Absolum lo hace con respeto, con estilo y con una jugabilidad que engancha desde el primer frame.
