El juego nos propone ser un Penitente, el único superviviente de la masacre de la hermandad del Lamento Mudo para intentar lidiar contra una terrible maldición conocida como el Milagro, que ha caído sobre la tierra de Cvstodia y sus habitantes. Esta es la excusa perfecta para situarnos en lo que sus creadores han definido como "un ciclo de penitencia de muerte y resurrección constante", es decir, un juego difícil en el que vamos a morir muchas veces.
El proceso de creación no ha estado exento de polémica al ser su protagonista una especie de nazareno penitente que intenta expiar sus pecados, aunque ya sabemos de la existencia de ese sector crítico que cada poco tiempo se tiene que hacer escuchar por cualquier "ningunería" que se le ocurra en un intento por despuntar sin talento alguno.
Volviendo al juego en sí, estamos ante un juego de estilo metroidvania, es decir, un juego cuya exploración no es lineal y encontraremos puertas y escenarios no accesibles desde el primer momento hasta que no tengamos una habilidad o llave que adquirimos más adelante, teniendo que volver a explorar caminos ya explorados para seguir desvelando más de los escenarios y la historia. El sistema de combate responde al de los ya clásicos soulsborne en 2D como Dark Devotion o Salt and Sanctuary, lo que nos llevará a un sistema táctico de combate donde no solo tendremos que aporrera botones sino atacar, esquivar y cubrirse con cierto sentido y con distintas estrategias según el tipo de enemigo.
Uno de los elementos que más destaca en vídeos e imágenes es la gran cantidad de sangre y violencia que encontraremos, lo que lo hace un juego para mayores de 18 años (esto merece la pena recalcarlo para que nadie se llame a engaño más adelante), pero no solo en la propia sangre sino también en el diseño de escenarios y enemigos, como es el caso de uno de los múltiples jefes finales que encontraremos con forma de recién nacido con los ojos vendados que si nos atrapa nos parte por la mitad, literalmente.
Esto quizás también pueda ser considerado como uno de los elementos más destacables a nivel visual, y es que el equipo de Blasphemous, con Enrique Cabeza al frente como Director Creativo, decidió utilizar mucha iconografía religiosa en su juego añadiéndole el obvio lado oscuro y fantástico a todo, y eso lo podemos ver en elementos como este propio recién nacido que puede, perfectamente, asemejarse a cualquier recién nacido o incluso al más conocido de todos por la vía cristiana (halo santo incluido). Muchos de los enemigos, escenarios y elementos del juego están basados en elementos religiosos, lo cual puede tener también su gracia.
Siguiendo con el apartado artístico, la animación está a un excelente nivel con una suavidad y detalle altísimos, y lo más curioso de todo es que está hecho de forma totalmente artesanal, es decir, animados a mano sin técnicas de captura de movimiento. Tanto el penitente (protagonista) como los enemigos y escenarios, o todas las escenas cinemáticas que el juego incluye han sido creadas con esta técnica, y la verdad es que lucen espectaculares cuando las ves en movimiento y denota un trabajo a sus espaldas.
Tenemos muchas ganas de ver el producto final, que aparecerá en 2019 (si no hay nuevo retraso) en PC, Xbox One, PS4 y Switch.