Los Pilares
Siglos antes del nacimiento de Kain, la tierra se hallaba protegida por una oligarquía de hechiceros conocidos como el Círculo de los Nueve. Estos guardianes juraron servir y proteger los Pilares de Nosgoth, el antiguo edificio que coronaba la tierra como una manifestación del misterioso poder que les preservaba de los males y le daba vida a la tierra.
Pero en el Círculo se infiltraron las fuerzas oscuras y Ariel, el Guardián del Equilibrio fue cruelmente asesinado. Su asesinato ocasionó oleadas de efectos psíquicos por todo el Círculo, circunstancia que provocó que el resto de hechiceros se trastornaran y utilizaran sus poderes con propósitos oscuros, envenenando la tierra con su magia y abandonando los Pilares, que permaneceron en un completo silencio.
Destino
En este oscuro mundo nació Kain. Hijo de una familia aristocrática de Nosgoth. Tuvo una vida privilegiada de un noble, nunca se dio cuenta de su propio destino, que le había marcado desde su nacimiento como sucesor de Ariel, destinado a retomar el lugar del Guardián del Equilibrio. Desconocedor de su destino, la ambición sin rumbo de Kain le hizo vagar por la tierra – durante un viaje pleno de fe, unos bandoleros le tendieron una emboscado y fue asesinado y cruelmente empalado.
Un Oscuro Convenio Rescatado del pozo del Olvido por el Necromancer Mortanius, Kain despertó en el mundo subterráneo, todavía transfigurado por la hoja de su enemigo. Atormentado por su sed de venganza y despreocupado por su coste espiritual, Kain aceptó imprudentemente el ofrecimiento de venganza que le realizó el Necromancer y se levantó de su tumba para descubrir que había sido resucitado como un vampiro. Kain se puso rápidamente a perseguir a sus asesinos y comenzó a llevar a cabo su sangrienta venganza. Con su hambre de venganza Kain ya saciada, se dedicó a buscar una cura para evitar su transformación vampírica. Con la guía de Mortanius y el espectro Ariel, ahora golpeado por la decadencia de los Pilares a los que una vez sirvió, Kain cazó a cada uno de los hechiceros corruptos que estaban envenenando Nosgoth. Sólo sus muertes podían conseguir que los Pilares recuperaran su poder y sólo restaurando el Equilibrio podría Kain interrumpir su transformación vampírica.
En un principio, era reacio a vivir el horror de una existencia con la permanenete frustración de sed de sangre humana, pero pronto se adapta y descubre, dentro de su oscura alma, un creciente desafecto hacia la humanidad en la misma medida que se siente embriagado por su inmortalidad.
Durante su viaje, Kain descubre y clama por obtener el Soul Reaver, un antigua espada devoradora de almas y un dispositivo para controlar el curso del tiempo creado por Moebius, el Guardián del Tiempo.
Historia Frágil
En contra del consejo del antiguo vampiro Vorador, Kain se encontró a sí mismo inmerso en acontecimientos humanos, capturado en una sangrienta batalla entre el Ejército de la Esperanza de Ottmar y los ejércitos de Nemesis que avanzaban sin rumbo desde el Norte. A medida que se acerca la batalla, Kain utilizó su único medio de huída: el dispositivo para controlar el curso del tiempo, el cual le sirvió para viajar al pasado de Nosgoth de unos 50 años antes.
Esperando alterar el curso de la historia de Nosgoth, Kain asesinó al joven Rey Guillermo el Justo, que se había convertido en un diabólico tirano conocido como la Pesadilla. En su regreso al presente, Kain descubre que su asesinato había desencadenado una guerra genocida contra los vampiros, guiada por el mismísimo Controlador del Tiempo de Moebius.
Desde su retorno, Kain fue testigo de que el futuro que el había sufrido un giro inesperado. Vorador, el último de la era de los vampiros es guillotinado y su cabeza es sostenida en lo alto ante la multitud sedienta de sangre – dejando a Kain como el único vampiro superviviente de Nosgoth.
El Dilema de la Fe
A medida que su aventura iba adquiriendo un significado completo, Kain se enfrentó al destino que Mortanius y Ariel le habían escondido: que él mismo era el Guardián del Equilibrio y que únicamente sacrificándose el mismo podría restaurar los Pilares. Ariel se presentó ante él con un dilema ineludible: sacrificarse él mismo para sanar la tierra y extinguir la existencia de los vampiros; o rechazar el sacrificio y sellar la corrupción del mundo.
Sublevado ante las maquinaciones de los sacerdotes humanos y alienado por su antigua forma humana, Kain escoge el último camino. Prefiere gobernar el mundo con su condenación que relegarse él mismo al olvido. Este acto apocalíptico completado con la destrucción de los Pilares cuyo Equilibrio perdido impedía su liberación.
El Imperio de Kain
Kain concluyó con la epifanía de que el Vorador estaba en lo cierto – acerca de que el vampirismo no es una maldición sino una bendición. Los vampiros son dioses oscuros cuya obligación es reducir el rebaño humano.
Con una ironía intencionada, Kain se estableció en los ruinosos Pilares como el símbolo de su nuevo imperio y el recuperado Equilibrio de los Pilares como base de su trono. En un acto de calculada blasfemia, Kain saqueó la tumba de Sarafan, una orden fanática de guerreros-sacerdotes que una vez juraron erradicar la plaga de vampiros de Nosgoth. De los cuerpos disecados de estos caballeros muertos hace mucho tiempo, Kain hizo que se levantaran sus seis hijos vampíricos para que se convirtieran en Tenientes de este emergente Imperio.
A pesar de los Pilares, Kain se dio cuenta de que eran algo más que un edificio humano - la salud de los Pilares estaba de relacionada directamente con la salud de la tierra. Con los Pilares no recuperados, la corrupción se esparció lentamente por la tierra como un veneno, volviendo el imperio en un entorno baldío.
Condenado
Más que una evolución lenta en el tiempo, los vampiros experimenta períodos de metamorfosis acelerada y, en ocasiones, entran en estados de inactividad de los cuales emergen completamente transformados.
Cuando Raziel, primero de entre los Tenientes de Kain, desveló su última transformación (un par de alas de murciélago), Kain respondió con un acto de sadismo egoísta. Cortando las nuevas alas de Raziel de su espalda le ordenó que las depositara en el Lago de la Muerte para que se consumirían en el Abismo.
Raziel sucumbió a las tenebrosas profundidades, su carne disolviéndose a medida que su cuerpo se quemaba en fuego blanco. Después de una eternidad de tormentos, el cuerpo en ruina de Raziel regresó para descansar – y como el dolor se desvanecía, se dió cuenta de que no sólo había sobrevivido al descenso, sino que había sido liberado en el centro mismo del Mundo Subterráneo. Como Kain antes que él, Raziel fue salvado del pozo del olvido por un misterioso benefactor – un antiguo dios que morada en las profundidades del Abismo, que transformó a Raziel en un devorador de almas y le devolvieron al mundo para llevar a cabo su venganza.
Venganza
Raziel, ahora el Mayor Dios de los novatos ángeles de la muerte, resurgió para descubrir que los siglos habían inexplicablemente transcurrido sin ejecución. El Imperio de Kain permanecía en ruinas y Raziel se encontró a si mismo asaltado por la degenerada descendencia de sus antiguos hermanos, quiénes durante largo tiempo fueron relegados a formas monstruosas.
Sin inmutarse por estas revelaciones, Raziel persiguió a Kain a través del maldito paisaje de Nosgoth, galvanizado por la sed de venganza y una incansable nueva sed – no sólo de sangre humana sino también de almas de vampiros.
Kain, sin embargo, tenía otros planes para Raziel. Aparentemente, no sorprendido por el milagroso regreso de Raziel, Kain le tendió un señuelo a Raziel prosiguiendo el curso de su venganza personal, encauzándole hacia una batalla sin salida con sus hermanos mutados y hacia una confrontación en los Pilares, en los que Kain puso en marcha el Soul Reaver contra Raziel.
Kain daba la sensación de no estar sorprendido sino que extrañamente estaba satisfecho con este impactante regreso y atrajo a Raziel hacia los desechos del norte de Nosgoth, guiándole hacia la cámara del Chronoplast de Moebius abandonada durante largo tiempo.
Guiado por las visiones fatalistas desveladas por los dispositivos de Moebius, Kain activó el portal que le trasladaría tanto a él como a Raziel varios siglos al pasado de Nosgoth. Con la voluntad libre, Kain temía que podría ser únicamente una ilusión, pero sabía que sus destinos estaban entrelazados en puntos en los que Raziel todavía no era consciente.
Revelaciones
Raziel comenzó a desentrañar los secretos de su pasado – Cómo su llegada fue visionada por una antigua raza, los Vampiros originales de Nosgoth, que forjaron el Reaver como el arma que habría de traer la salvación. Contemplo cómo el mismo acabó salvajemente con los tenientes Sarafan y fue su propio asesino, y cómo se convirtió en el catalizador no sólo del futuro del Imperio de Kain sino de su propio oscuro destino.
Y finalmente, vio cómo fue destinado a convertirse en el espíritu voraz prisionero en la espada Soul Reaver – que esta era y siempre había sido el maldito ciclo de su destino. Finalmente comprendió que la espada era su propio alma, unida y atada de forma eterna a él.
Sus motivos todavía son un misterio, Kain buscó cambiar la historia con el fin de evitar que la espada consumiera el alma de Raziel. Pero Raziel, obligado por el Reaver, se dio cuenta de que nunca podría escapar de su terrible destino ...
