A tenor de lo que hemos visto y jugado, en NioH 2 han querido seguir la senda del éxito que marcó su primera parte, manteniendo la misma fórmula jugable a la que han añadido un buen puñado de nuevas funcionalidades que la completan de alguna forma sin pretender crear la rueda ni mucho menos, haciendo una secuela muy continuista que gustará mucho a los seguidores del primero y mantendrá indiferentes a sus detractores.
La primera gran novedad es la posibilidad de crear a nuestro propio personaje, dejando de lado la historia de William Adams y permitiéndonos crear a nuestro propio héroe. El motivo por el que los creadores de juegos deciden meter un editor de personajes (muy completo en el caso de NioH 2, eso sí) es para que sea el jugador cree su propio álter ego o avatar y se sienta más identificado con la historia, y aún así, siento personal predilección por los héroes de los juegos ya definidos con los que uno o una se pueden identificar, conocer su historia personal y revivir sus experiencias personales más que lo de crear un héroe random. No es que William sea un héroe con mucha personalidad ni mucho menos, pero sí que hubiesen merecido más la pena seguir conociéndole, o bien a cualquier otro.
En cuanto a su historia, todo lo que se sucede alrededor de nuestro nuevo personaje sigue manteniéndose intacto, lo cual es algo muy positivo ya que volveremos a conocer eventos de la historia japonesa viendo a personajes históricos relacionarse con el nuestro solicitando nuestra ayuda o narrando hechos reales acontecidos en el siglo XVI, siendo una secuela directa aunque sin el mismo protagonista.
La forma de controlar al personaje también era calcada del primer juego, con unos movimientos rápidos y fluidos en todo momento que dependía del tipo de armadura y arma que llevemos equipada (más lento cuanto más pesado, lógico). Los movimientos de desplazamiento laterales para esquivar se mantienen pudiendo esquivar rápidamente los ataques enemigos viendo desplazamientos laterales y volteretas algo más lentas para el segundo y tercero consecutivo. Todas las opciones de juego y el hud permanecen inalterables, con el minimapa que nos indica dónde estamos y dónde tenemos que ir, la búsqueda de los kodamas, los cuerpos sin vida que nos otorgan amrita y equipamiento, la forma de explorar y de morir del personaje, etc., y es que si algo funciona para qué lo van a cambiar, ¿verdad?.
En cuanto a su control también se mantienen, con el analógico izquierdo para el movimiento, analógico derecho para la cámara pudiendo fijar al enemigo con el R3 y mover la fijación entre enemigos con el analógico derecho una vez fijados. Los botones de ataque siguen siendo el cuadrado para el débil y el triángulo para el fuerte dejando la equis para los desplazamientos y esquives. El R1 sigue permitiéndonos recuperar cierta fuerza o stamina tras realizar un ataque y que, al menos a nivel personal, no usaba mucho en el primer juego y tampoco necesitaba en exceso (salvo ciertos enemigos) al estar acostumbrado en otros juegos de corte similar.
Todos los demás controles, el uso de objetos (arriba y abajo) cambiar de opciones (izquierda y derecha), la posibilidad de cambiar de guardia para realizar ataques rápidos, medios y fuertes, (con el R1 pulsado) o cambiar de opciones de armas (R2 pulsado) están exactamente en el mismo sitio que antes, por lo que esta secuela los mantiene intactos para bien o para mal, por lo que si hemos jugado hace poco a cualquier otro soulsborne con los ataques en el R1 y R2 puede confundirnos un poco hasta que nos acostumbramos.
Otra de las novedades está en nuestro personaje, medio hombre medio yokai, que nos permite transformarnos en uno en cualquier momento y volver a nuestra apariencia humana sin tener que gastar nada, lo que permite hacernos más fuertes y realizar ataques violentos durante un tiempo mientras se consume la tercera barra (de color morado) de nuestro personaje. Es como sustituir nuestra "arma viviente" de la primera parte por nuestro "cuerpo viviente" completo, solo que en NioH el arma se consumía con su uso y teníamos que volver a generarlo para usarlo de una sola vez mientras que aquí nos permite activarlo y desactivarlo al antojo. Además seguimos pudiendo activar una transformación completa a Yokai cuando el indicador circular está a full que se usa exactamente igual que el arma viva de NioH, así que esta semintransformación a yokai es como un añadido a nuestro poder.
Quizás por esto último, la demo que jugamos nos resultó ligeramente más difícil que la primera parte, con enemigos iniciales que se movían lentos y torpes pero con otros que resultaban tremendamente complicados de inicio, quizás por ser una demo o quizás porque ahora tenemos más poder y ha sido elevada la dificultad general del juego. De hecho, en un momento dado vimos un cadáver con una katana de color azul clavado que pensamos que sería la muerte de otro jugador al que podemos invocar para luchar contra él (como en la primera parte) y que que lo que hizo fue seguirnos y ayudarnos contra diferentes enemigos que nos encontrábamos, desapareciendo cuando era vencido por completo, otra novedad interesante para hacer más accesible el juego.
Las sensaciones son muy buenas. Hablamos de un juego casi calcado a la primera parte en todo, aunque técnicamente parecía ligeramente superior con algo más de detalle en escenarios y personajes y la misma fluidez de movimientos. De hecho, sabemos que NioH 2 cuenta con un cooperativo para tres jugadores online, lo que significa que podremos contar con la ayuda de un segundo amigo (o desconocido) para los momentos más difíciles, lo que también dice a las claras la mejora general de todo el engine que los chicos de Team Ninja han conseguido en esta segunda parte.
En esta ocasión es Sony Computer Entertainment quien se va a encargar de publicarlo y distribuirlo, lo que asegura que tendremos voces en español. Buena calidad general, buena historia y una duración similar a la de la primera entrega (según sus creadores) que también tendrá DLCs adicionales de historia. Todo pinta bien para uno de los grandes exclusivos de PS4 durante 2020 a todas luces, al menos si te gustó la primera parte.