El género survival horror con cámaras fijas recibe un nuevo exponente con The Florist, título debut del estudio neozelandés Unclear Games, que llegará en 2026 a PC, PlayStation 5 y Nintendo Switch 2. Inspirado en referentes como Resident Evil, Silent Hill o Tormented Souls, este proyecto recupera la estética y mecánicas de los clásicos de los años 90, pero con una ambientación inusual: el terror botánico.
La historia nos sitúa en Joycliffe, un pueblo lacustre aparentemente apacible, donde Jessica Park, florista de profesión, debe entregar un pedido de última hora. Lo que parecía una tarea rutinaria se convierte en una pesadilla cuando una proliferación floral sobrenatural desata el caos y transforma a los habitantes en criaturas monstruosas. El tráiler muestra una dirección artística que combina lo bucólico con lo grotesco, y una narrativa que mezcla lo cotidiano con lo inhumano.
El diseño de The Florist se apoya en cámaras fijas y escenarios prerenderizados que evocan la era de PS1, pero con texturas y efectos actuales. La protagonista se desplaza por calles, invernaderos y viviendas invadidas por vegetación mutante, resolviendo puzles ambientales y enfrentándose a enemigos que evolucionan a lo largo de la partida. A diferencia de otros títulos del género, el sistema de inventario ha sido simplificado: Jessica puede llevar todos los objetos necesarios sin limitaciones de espacio, lo que permite centrarse en la exploración y la resolución de acertijos. El sistema de guardado combina puntos automáticos y manuales, y se han confirmado varios niveles de dificultad para adaptar la experiencia a distintos perfiles de jugador. El uso de la flora como amenaza principal introduce mecánicas únicas, como enemigos que brotan del suelo o trampas vegetales que alteran el entorno.
A nivel narrativo, The Florist plantea una historia de horror biológico y existencial, donde la naturaleza se convierte en agente de transformación y castigo. El tráiler revela fragmentos de documentos, grabaciones y diarios que apuntan a un experimento fallido para crear vida artificial a partir de plantas. La protagonista no solo debe sobrevivir, sino también desentrañar el origen de esta catástrofe, enfrentándose a decisiones morales y revelaciones personales. El pueblo de Joycliffe se presenta como un entorno vivo, con zonas que cambian según el progreso y enemigos que se adaptan a nuestras acciones. El diseño sonoro refuerza la tensión con ruidos orgánicos, susurros vegetales y melodías ambientales que recuerdan a compositores como Akira Yamaoka. La iluminación juega un papel clave, con contrastes entre lo natural y lo corrupto, y un uso expresivo del color verde como símbolo de amenaza.
El desarrollo de The Florist ha sido liderado por Unclear Games, un pequeño estudio fundado por antiguos diseñadores de entornos y narrativa ambiental en títulos como Amnesia: Rebirth y Observation. Su objetivo declarado es recuperar el ritmo pausado, la tensión ambiental y la exploración narrativa que definieron al género en sus orígenes. Para ello, han optado por una producción artesanal: cada escenario ha sido diseñado a mano, sin generación procedural, y se ha priorizado la coherencia espacial sobre la espectacularidad. La cámara fija no es solo una decisión estética, sino una herramienta de control del ritmo y la tensión, que permite jugar con la composición visual y el fuera de campo. El equipo ha citado como influencias directas no solo a Resident Evil o Silent Hill, sino también a películas como In the Earth de Ben Wheatley y La amenaza de Andrómeda, por su enfoque en el terror biológico y la naturaleza como agente hostil.
En el contexto actual, donde el survival horror vive una nueva etapa de visibilidad gracias a remakes y propuestas independientes, The Florist se posiciona como una obra de autor que busca redefinir el miedo desde lo orgánico. No se trata de un homenaje nostálgico, sino de una reinterpretación contemporánea de las reglas del género. La elección de una florista como protagonista, el uso de la botánica como amenaza y la ambientación en un entorno rural contaminado por lo vegetal, son decisiones que rompen con los clichés habituales. Además, el juego incluirá un modo comentario del director desbloqueable tras completarlo, donde se explican decisiones de diseño, referencias visuales y detalles ocultos del desarrollo. Esta capa metanarrativa refuerza la intención del estudio de ofrecer una experiencia que no solo asuste, sino que también invite a la reflexión sobre el papel de la naturaleza, la memoria y la transformación.


