Puzzle Booble DS - Análisis Nintendo DS

Ya han pasado muchos años desde la primera versión de un Puzzle Bobble, en versión de recreativa, allá en 1994. Taito vía SNK tocó el cielo al planear esta derivación de su archiconocido Bubble Bobble. Un juego adictivo y simple, planeado a conciencia y con gran acierto a la hora de intentar robar un poco de atención al Tetris en el podio de las mayores atenciones en los recreativos de la época.
La apuesta tuvo buena acogida desde el primer momento, viendo conversiones en casi todas las plataformas conocidas en la historia de la humanidad. Ahora nos llega, en partida doble, sendas versiones para las portátiles de nueva generación, Nintendo DS y Sony PSP; en el medio precisamente mejor indicado para disfrutar de un título de estas características. Fácil de jugar, simple, adictivo y sin necesidad de invertir demasiado tiempo por sesión o salvar las partidas más allá de las imprescindibles puntuaciones de records.

Es, en definitiva, una propuesta que no requiere mucho más que un poco de buen hacer. Sorpresa al descubrir que la versión de PSP es lo más soso del mundo en programación y gráficos mientras que esta propuesta en DS se descubre como imprescindible para los amantes, en algún tiempo pasado, presente o futuro, de este puzzle tan peculiar y entrañable.

El modo VS es un gran filón, pero siempre tenemos pantallas para rato en modo sencillo; infinitas si nos sumergimos en el modo Edit para crear las nuestras.

La adicción, si el juego te es conocido o la propuesta te cautiva, es realmente digna de tener en cuenta. Casi al nivel de los también excelentes Meteos (DS) o Lumines (PSP); el juego ha sido cuidado con mimo y esmero para aportar un poco más que el simple modo arcade. De esta manera, con este espíritu, nos encontramos con la sorpresa de encontrar más opciones de las esperadas (y no únicamente el modo arcade como en PSP).

Para comenzar, y aunque no proporciona valor real ni diferencias jugables, disponemos de 6 personajes para escoger. Los dos dragoncitos conocidos por todos más algunas incorporaciones más o menos conocidas, en forma de entrañables muñequitos de estilo desenfadado. Pinchamos nuestro favorito y nos lanzamos de cabeza:

En el modo Single play (un jugador), encontramos:
Puzzle mode: Es el equivalente al modo historia. Entramos en una dinámica de fases unidas por diferentes caminos, a escoger una vez superamos el anterior. No es tan importante escoger bien como tener habilidad para superar todos los retos, pues, al fin y al cabo, son sólo pantallas con diferente disposición de las burbujas.

No encontramos diálogos ni historia reseñable más allá de avanzar con paso firme a casa desafío, pero sin duda resulta mejor que andar de pantalla en pantalla de forma mecánica.
VS Com: Un modo dos jugadores que nos enfrenta directamente contra la consola. Divertido a corto plazo, pero no tiene comparación con el mucho más adictivo y desafiante modo dos jugadores.
Endless Mode: En lugar de enfrentarnos al descenso del techo de la fase cuando el tiempo va pasando, lo que aquí encontramos es una nueva línea de bolas que llega para ocupar el nivel superior. Si no nos damos prisa, en un momento estaremos acuciados por nuevas y nuevas líneas a destruir. Con gran requerimiento de reflejos, este modo es el lugar perfecto para aquellos con ganas de desafío; acabar con todas las bolas es una tarea realmente complicada?

Como extras, encontramos el imprescindible DS Download Play: El modo dos jugadores con un único juego. Absolutamente recomendable, nos enfrentamos en rondas a tres victorias.

El idéntico espíritu de la recreativa, con una jugabilidad sólida y directa que no ha perdido ni un ápice de efectividad.

Perfecto en todos los aspectos de control. Un calco logrado y preciso de la recreativa con incluso algunas novedades coquetas aportando un poco de juego extra.
Pero antes de entrar en comparaciones, permítannos hacer un breve resumen del mecanismo de juego para aquellos que recién descubren esta joya.

En una pantalla alargada similar a la del Meteos o el susodicho Tetris, encontramos colgando de la parte superior de la pantalla una cantidad variable de pelotas o burbujas de colores dispuestas en una composición arbitraria sin orden aparente. En la parte inferior, una máquina movida por uno de los simpáticos personajes que el juego ofrece, va lanzando burbujas de colores aleatorios a nuestra voluntad. Controlamos la dirección de la pelota con una flecha de dirección intentando hacerla colisionar (queda unida a la primera burbuja que toque) con otras dos burbujas del mismo color. Cuando tres burbujas iguales se unen, caen y desaparecen; si de ellas cuelgan otras burbujas, son arrastradas también hacia el fondo.
El objetivo es acabar destruyendo todas las burbujas antes de que el techo, descendiendo poco a poco en velocidad normalmente estable, haga que el nivel de las pelotas llegue hasta la posición de nuestro personaje. ¿Fácil? Lo es, ¿Adictivo? Sin duda.

Es una premisa sencilla que asegura buenos ratos para todos aquellos acostumbrados o gustosos de este tipo de propuestas, de este tipo de puzzles. Es todo rapidez de reflejos y ojo a la hora de hacer rebotar las bolas en las paredes para alcanzar el objetivo deseado. Puede resultar extraño en las primeras partidas, pero la implementación ha sido tan acertada que en cinco minutos ya estaremos disfrutando.

El movimiento de la flecha es suave y preciso, con multitud de posiciones, tantas como el arcade original concedía. Suficientes para permitir cierto juego, pero no lo bastante exagerada como para tener que medir al píxel. Precisa, pero, una vez que la línea de ayuda a la dirección desaparece (opcional, y sólo por un breve tiempo en la primea pantalla), echarlas a ojo con la práctica es la única y mejor opción.

Para aportar un poco más, en esta conversión a DS se ha permitido controlar la flecha lanza-bolas con el puntero táctil. Puede resultar curioso al principio, pero es totalmente desaconsejable al reducir drásticamente nuestra rapidez de acción y visión global de la pantalla. Una opción anecdótica; la cruceta digital es imprescindible.

Igualmente, en otro alarde de buen hacer y ganas, se ha implementado un modo versus con una única tarjeta de juego. Rápido y directo, se hace altamente divertido al poder observar, en la pantalla superior, todo lo que nuestro contrincante está haciendo. Resultará así divertido comprobar, de primera mano y en tiempo real, lo mucho que le ha incomodado esa nueva remesa de burbujas que le hemos dejado caer como un racimo generoso?

Es una sorpresa encontrar el modo DS para jugar utilizando diferentes ítems en nuestra ayuda; o la curiosa opción Edit.

Resulta gratificante encontrarse con un intento de aportar jugo y opciones a un juego que en apariencia no da para muchas posiciones. Pero Taito ha querido convertir esta versión para DS en especial, y ha inventado un nuevo modo de juego.
A la hora de enfrascarnos en una nueva partida, con indiferencia del tipo de opción que hayamos escogido, nos enfrentaremos a una nueva decisión de modo de juego: DS Style o Modo clásico.

DS Style: A medida que jugamos, observamos una novedad en la parte derecha de la pantalla: 3 espacios para incluir iconos, asignados a tres botones: X,Y y B.
Dependiendo de lo laborioso o refinado de nuestro juego, se nos irá premiando con diferentes ítems diseñados para facilitarnos la partida. Al ganarlos aparecen en uno de los tres huecos, y pulsando el botón correspondiente, los cargamos para el próximo lanzamiento con la flecha. Ítems de ventaja que cubren todo tipo de bolas especiales:

Arco iris (toma el color de cualquier bola), bola de bolos (arrasa con todas las bolas en su camino), bola de destrucción lineal (acaba con toda las bolas en horizontal allá donde explote), bola bomba (acaba con las burbujas en un radio), bola destruye color (elimina todas las bolas del mismo color de aquella con la que contacte), etc.
Son determinantes en el juego VS, y un buen as en la manga para los otros modos de juego. Desequilibran la partida en cualquier momento y nos traen esa victoria que ya se nos escapaba?

Classic Style: Es el modo histórico. Las bolas llegan de forma aleatoria y no encontramos la ayuda de los ítems en la recámara. Aunque sí que encontramos la bola bomba y la bola destruye color.

Para terminar, reseñar otra aportación novedosa, el modo Edit: En una plantilla en blanco, podemos diseñar todas las pantallas que queramos colocando los colores o tipos de burbujas que deseemos en la distribución que se nos antoje. Puede no suponer gran aliciente en el modo solitario, pero combatir contra los amigos con tus propias creaciones en algo a tener muy en cuenta?

Color y buena resolución. Nada reseñable más allá de la perfecta conversión de su versión recreativa maquillada para los nuevos tiempos.

El juego es tan colorido, preciosista y acogedor como cabría esperarse, como se debía suponer.
Desde el diseño de los personajes a la ambientación y menús, pantallas y bolas especiales, todo en este ?Bubble Bobble Revolution? destila buenas intenciones y buen hacer.
Aunque, si bien es totalmente cierto que no podemos dejar pasar el hecho de que todo en la propuesta es estático en cuanto a escenarios o desarrollo. Las bolas vuelan y la flecha gira, pero no existen rotaciones, cambios de perspectiva, o modo gráfico alguno reseñable.

El juego no lo requiere, no lo necesita, no lo pide; pero habría venido bien un poco más de innovación en la forma de alguna clase de efectos visuales. Tal vez escenarios rotatorios, cambios de localización, grandes juegos de luces o fuegos artificiales en segundo planto? Un aspecto algo más parecido a Lumines, con esos fondos en movimiento constante apoyados por la música cambiante.
Aquí no encontraremos nada de eso. Gráficos a excelente resolución (distinguimos perfectamente las burbujas, su brillo o lo que guardan dentro en el caso de algunas bolas especiales) con gran paleta de colores y simpática puesta en escena, pero nada más allá de la estructura implícita a las propias normas del desarrollo desde el primer título. Sin animaciones, sin intros, sin elemento alguno ajeno al propio juego.

En cuestión de música, resaltar que concuerdan a la perfección con el entorno gráfico. Composiciones amables, ligeras e inofensivas; acompañan sin molestar pero también sin destacar en apartado alguno. Construidas a base de melodías sin digitalización de voces o implementación de estructuras cambiantes o alterables, acompañan nuestro camino sumergiéndonos en este mundo de burbujas voladoras sin mayor pretensión que la de hacernos un poco más llevadera nuestra tarea.
Del mismo modo, los efectos sonoros son de agradecer por su fidelidad al espíritu original. Graciosos y agradables de oír en cada momento, ponen el perfecto toque de chispa que acaba de dar sabor picante a la salsa de colores? Ese imprescindible ?Readyyy? Go!?