Análisis Astral Chain - Acción sin límites al estilo Platinum

Terminar Astral Chain nos llevará alrededor de las 18-20 horas en nuestra primera partida, pero gracias a un nuevo sistema de misiones y una especie de mundo abierto hay desafíos secundarios para añadir 5-10 horas adicionales a la aventura (rondando las 30). Y al estilo Platinum, si queremos conseguir las máximas calificaciones en cada misión - el juego evalúa nuestra forma de jugar, el tiempo invertido, daño recibido, los combos... - la duración inicial se duplica, superando fácilmente las 40 horas de juego.

Pero lo mejor de la aventura es su facilidad para engancharnos (gracias, sobre todo, al excelente gameplay). Al ir avanzando y mejorando la acción se hace cada vez más intensa, competitiva y divertida, y resulta extremadamente sencillo que el juego se nos escurra entre los dedos, con la típica frase de... voy a jugar solo un ratito más. Por supuesto, el estupendo diseño y la precisa curva de dificultad juegan aquí también un papel fundamental. Brillante.

La mecánica de juego de Astral Chain es un poco dura al principio, pero brillante conforme avanzamos en la aventura. La clave está en el uso de nuestro compañero astral, una especie de invocación que lucha a nuestro lado (controlado también por nosotros) y atado por una cadena especial, que le da nombre al juego. Aunque en los primeros combates nos parecerá un poco raro (y artificial) este control doble de personajes, conforme avancemos en la acción y vayamos haciéndonos con el manejo de ambos personajes comenzaremos a exprimir el auténtico potencial del juego, que es francamente enorme.

Enrollar a los enemigos con la cadena, enlazar nuestros golpes con los de la invocación, combinar las habilidades de dos invocaciones distintas (las hay de distinto rango y habilidades, desde espadas a proyectiles), lanzar devastadores golpes finalizadores que incluso nos ayudan a recuperar energía o asignar movimientos especiales a distintos botones. Las posibilidades son apabullantes, pero afortunadamente se van presentando progresivamente; y una vez aprendidas (y mejoradas), la idea de volver a un nivel ya completado y explotarlas es más que divertida.

Uno de los puntos más brillantes y mejor conseguidos de Astral Chain es lo original, sorprendente e innovador que resulta. Aparecido de la nada es una muestra más de que a Platinum Games les queda mucho que enseñarnos bajo la manga; en lugar de tirarse a lo fácil y lanzar el esperado Bayonetta 3 con una mecánica más continuista, el equipo de desarrollo ha decidido apostar por una nueva y original franquicia que nos lleva a un mundo en el que una misteriosa invasión interdimensional está azotando la Tierra. Unos monstruos llamados Quimeras son capaces de aparecer en nuestra dimensión, causando daños enormes; nosotros, como una unidad de élite de Neuron, una orden dedicada a controlar la amenaza nos haremos con el poder de las Legiones, seres interdimensionales que lucharán atados a nuestro lado con una cadena especial.

Con diseños del maestro Katsura (Video Girl Ai, I's, Zetman) y los geniales artistas de Platinum, el título rezuma personalidad, y hay que reconocer que su mundo (de visión futurista, pero con elementos muy interesantes) es intrigante. Es una lástima que la historia no se cuente mejor y tienda a caer en ciertos clichés (incluyendo que nuestro héroe o heroína sea casi mudo, dejando las frases interesantes para su hermano-hermana, según elijamos), pero aún así resulta una experiencia muy recomendable que puede dar todavía más de sí en una secuela. Mención especial merecen los imaginativos jefes...

Visualmente, Astral Chain es una auténtica maravilla, y una prueba de hasta dónde puede llegar el hardware de Switch en manos de compañías competentes. Gracias a un gran diseño artístico, una buena puesta en escena y un diseño muy estudiado, el juego sorprende, engancha y maravilla sin necesidad de 1080P, funcionando estupendamente a 720P en modo portátil y a 720-900P en sobremesa (dinámico), con unos 30FPS sólidos para la acción, con algunas bajadas muy puntuales en zonas conflictivas. El resultado, a pesar de los comentados fallitos, es digno de mención, al igual que el uso de una cámara inteligente y bien posicionada, o el intercambio en tiempo real de armas y tácticas de juego. Todo funciona a las mil maravillas, y se intenta al máximo no dañar el gameplay.

La banda sonora funciona como un reloj gracias a las estupendas composiciones de Satoshi Igarashi, temas cargados de fuerza y garra que ambientan a la perfección las emocionantes batallas. Por pedir, hubiésemos pedido algún tema interpretado más, pero el resultado es estupendo sin ellas. Y al estilo Nintendo, contamos con doblaje a elegir (japonés-inglés) y textos en castellano.