Como ya os adelantáramos en su momento, Journey to the Savage Planet es un juego de aventuras en primera persona con toques de acción en el que el jugador encarna a un explorador de la empresa Kindred Aerospaces cuyo cometido es la exploración planetaria más allá de la Tierra, y que en esta ocasión es enviado al planeta AR-Y 26 para que lo exploremos. Esto es todo lo que conoceremos desde un principio cuando comencemos el juego sin más detalles.
De esta forma, el juego nos sitúa en el interior de nuestra nave una vez que se ha posado en el planeta y con una voz en off en forma de ordenador de a bordo que nos cuenta algo más de donde estamos. Sin más información, procedemos a abandonar la nave y encontrarnos con un espectacular planeta lleno de vida vegetal y animal y solamente armados con una pequeña arma que lanza impulsos en nuestra mano derecha, con la que poco podemos hacer contra las criaturas más grandes pero que es tremendamente útil contra las más pequeñas. A partir de ahí, todo es exploración y ver qué cosas se pueden hacer y cuales son sus objetivos.
Empezamos a explorar y vemos a pequeñas y simpáticas criaturas de grandes ojos que emiten unos sonidos realmente graciosos totalmente pacíficas a las que nos acercamos y nos miran, y cerca de ahí una especie de máquina de refrescos averiada que los expulsa sin parar. Al coger cuantos queramos, los llevaremos en la mano izquierda y podremos lanzárselos a las criaturas, las cuales se moverán y se los comerán, defecando en ese momento algo brillante que más adelante averiguaremos que sirve como mineral y combustible.
Si disparamos a estos bichos nos atacarán pero no nos crearán demasiados problemas, y tampoco vamos a conseguir ningún tipo de recompensa al hacerlo, por lo que seguimos explorando hasta llegar a un punto donde no podemos continuar por haber una planta enredadera que bloquea el paso. Si conseguimos alimentarla (con los otros bichos de ojos grandes que podemos mover echando el refresco en su camino), esta planta se alimentará y nos dejará pasar. Éste es el tipo de puzles que encontraremos de entorno y para lo que tendremos que experimentar. A medida que avancemos encontraremos distintos tipos de minerales, distintos tipos de criaturas (más o menos peligrosas), distintos tipos de situaciones que tendremos que investigar cómo resolverlas experimentando.
El objetivo del juego es conseguir salir del planeta con el máximo explorado, y para ello tendremos que mejorar nuestra nave utilizando los materiales que vamos encontrando y consiguiendo, así como nuestra propia arma. Una de esas mejoras precisamente es una especie de gancho que podría recordar mucho al visto en juegos como Metroid Prime, y del que sus creadores reconocen haber tomado referencias. A más mejoras, más partes del planeta podremos explorar.
Journey to the Savage Planet destila muchísimo humor, con criaturas que gritan como niñas asustadas al dispararles y que se dividen en dos y cuatro partes si les disparamos cambiando de color y creando un griterío supergracioso, así como anuncios en la televisión de nuestra nave que parecen sacados de la película Robocop. Son muchas las cosas que el juego nos ofrece y que son realmente curiosas, aunque el género de la exploración quizás no sea para todo el mundo. Aún así, a nosotros lo que hemos jugado nos ha gustado y queremos seguir probando para averiguar su verdadero potencial.