Corría el año 2000 cuando 
Capcom aprovechaba la potencia de 
Dreamcast para darle nueva vida a la saga 
Resident Evil, huyendo de los escenarios prerrenderizados de las entregas de la primera 
Playstation y apostando por entornos poligonales, una cámara dinámica y sorprendentes efectos (junto a espectaculares vídeos). La historia, que arranca llena de misterio con 
Claire (co-protagonista de RE2) encerrada en una siniestra isla mientras buscaba a su hermano desaparecido tenía un buen montón de vueltas y sorpresas (incluyendo recuperar a otros protagonistas de la saga), dos enemigos muy carismáticos y algunos momentos muy bien ambientados, y fue un éxito entre los fans. Posteriormente fue portado a 
PS2 (con extras, como vídeos, y la coletilla X) y 
Gamecube, donde se quedaba cerca del genial 
remake de la primera entrega. Ahora, 
Capcom ha decidido llevarlo a la generación HD en 
PS3 y Xbox 360. 
Un ligero lavado de cara y el salto a la alta definición, además de logros y trofeos, son los auténticos reclamos de esta versión, que se queda atrás en esta generación (sobre todo si ya hemos quemado el juego original). Esta entrega pide a gritos un 
remake que aproveche su potencial...