Análisis Season: A letter to the Future - Viajar sin destino, pero disfrutando del camino

Terminar Season: A letter to the future nos llevará unas 8-10 horas de juego, un par más si somos de los que disfrutan explorando a fondo cada escenario y parando delante de cada nuevo lugar que descubramos para tomar una foto, y un par menos si vamos corriendo a cumplir simplemente con el hilo principal de la aventura.

No es una mala relación calidad/duración/precio, pero sí que es cierto que el título es bastante limitado y cero rejugable. El peso de la aventura está en el descubrimiento, y se disipa rápidamente conforme vamos avanzando entre localizaciones, ya que no hay cambios sustanciales ni una jugabilidad que refresque el avance en el juego. Con todo, tenemos que reconocer que a nosotros nos ha enganchado de principio a fin...

Quizá el punto más flojo de Season: A letter to the future es el factor jugable, ya que no hay una mecánica real que premie nuestra habilidad, una curva de dificultad o un sistema de aprendizaje al estilo clásico; aquí hablamos de una experiencia de exploración más cercana al walking simulator que a un desarrollo más interactivo. Bien a pie o bien en nuestra fiel bicicleta (imprescindible para acortar las distancias entre los escenarios) iremos explorando las afueras de nuestro pueblo, maravillándonos con la belleza de los escenarios y buscando la respuesta al misterio del juego.

Así, simplemente tendremos que ir haciendo fotos (en los que se nos da cierta libertad creativa y artística) y charlar con distintos personajes, todos con información interesante sobre la catástrofe que se avecina, usando nuestra grabadora para coger sus declaraciones y un cuaderno donde plasmar todo lo que vamos viviendo. Eso sí, el juego tiene un desarrollo muy lineal, por lo que al final, la creación de las fotos o las distintas páginas del cuaderno es tremendamente similar entre jugadores, y da la sensación de que todo está demasiado guiado y limitado.

Sin duda, el valor más potente de Season: A letter to the future es lo original y único que resulta como experiencia. Desde su protagonista, una chica única con un gran diseño y una interesante personalidad (que descubriremos con sus preguntas) al resto de secundarios, en cuyas vidas ahondaremos como protagonistas, y sobre todo, el interesante y artístico mundo que tenemos que explorar, que para nosotros ha sido el mayor valor del juego.

El mundo que nos espera, ir reuniendo las piezas del puzle para entender la historia y descubrir de qué se trata el final de la estación, o el simple hecho de ponernos en la antesala del apocalipsis son valores muy interesantes que le dan al título de Scavengers Studio una personalidad única, y su mejor reclamo para los que busquen algo diferente.

A nivel visual, Season: A letter to the future es mucho más fuerte en lo artístico que en lo técnico, y compensa sus carencias con un gran diseño y mucha personalidad en su puesta en escena. Así, sin buscar el fotorrealismo o alardes visuales, el juego apuesta por presentarnos bellísimos escenarios en cel-shading en los que es un gusto perderse, un pequeño espectáculo recorrer. Eso sí, el diseño también restringe la libertad de movimiento del jugador, y lo deja un poco limitado a seguir por dónde avanzar. Tampoco se aprovechan la interactividad con el escenario, no hay físicas muy realistas... Aquí somos más espectadores que protagonistas.

La banda sonora funciona muy bien ambientando este viaje, con composiciones muy emotivas al alcanzar determinados hitos. Nos llega además con voces en inglés, francés y japonés, además de textos en español para no perdernos nada del viaje.