Urban Reign - Análisis PlayStation 2

Últimamente proliferan, quizá en demasía, títulos y títulos con una ambientación callejera o urbana en la que, a golpe de pistola, patadas o llaves de lucha libre, hemos de abrirnos un hueco en la agitada y bulliciosa vida anti o procriminal. Numerosas propuestas, con numerosas opciones, pero siempre compartiendo un nexo común: la calle es una jungla y sólo sobreviven los más fuertes.

Con esta ambientación, o casi subgénero de multitud de sucedáneos del antaño mucho más inquieto género del Beat?em up, llega ?Urban Reing?. Diseñado por NAMCO como una muestra fiable y directa del ?uno contra todos?, con acción pura y sin complicaciones, llega para completar la oferta de peleas callejeras en este año tras ?Dead to Rights 2? (PS2) y ?Dead to Rights: Reckoning? (PSP). ¿Más de lo mismo?

Divertido y directo, se hace muy entretenido mientras dura. Más de 100 misiones (combates) y multitud de personajes.

?Urban Reign?, a pesar de no resultar extremadamente novedoso, ni rebosante de opciones o modos para el combate, acaba revelándose realmente interesante mientras dura, pelea tras pelea.

Planteando su desarrollo en una sucesión no inconexa de misiones, en las que se nos piden objetivos diferenciados aun dentro del requisito último de vencer en la pelea. Podemos encontrarnos así, con desafíos como limitarnos a sobrevivir en un encuentro ante cuatro macarras, o limitar el enfrentamiento a un único maestro que nos pondrá las cosas realmente difíciles (suelen esquivar fácilmente y no se dejan coger tanto como nos gustaría); también se nos puede exigir acabar con el nivel de resistencia de una zona del cuerpo en un único objetivo, solo o entre varios; tal vez apoyar a un personaje en una pelea codo a codo con él, o acabar con los enemigos dentro de un límite de tiempo.
Las misiones aparecen señaladas, por grupos, en el mapa de la ciudad, y aunque están numeradas, podemos abarcarlas en el orden que prefiramos, pues no influye para nada en una historia que destaca especialmente en su falta premeditada de profundidad.

El objetivo es cumplir todas las misiones para convertirnos en el rey de las calles, y merecer así nuestro sueldo como matón de la guapa chica que nos ha contratado; y poco más importa hasta llegar a la misión número 30 (el 30% del juego). En este punto, que nos llevará un poco menos de 2 horas, las misiones de forma individual acaban y, a partir de entonces, tendremos la posibilidad de compartir las trifulcas con un segundo personaje controlado por la IA.
A partir de este momento, la verdadera esencia de ?Urban Reign? entra en escena, y la hasta entonces algo sosa historia gana un poco en profundidad e interés. Así, el juego nunca pierde fuelle, y pocas veces no encontramos desafiante una misión, que no es otra cosa que vencer y vencer, sin importar el cómo.

La dificultad es creciente (y algo más alta de la media), y a la hora de completar las algo más de 100 misiones (unas 8 horas si se nos da bien), repetir no es una opción muy lejana, máxime si tenemos en cuenta que para entonces ya controlaremos a nuestro personaje a la perfección y puede que nos apetezca probar con otro de los estilos de lucha incorporados. Kárate, Tai, Capoeira, boxeo. Todas disciplinas presentes en los diferentes enemigos, y en los personajes seleccionables, 10 en el modo historia, más de 20 en el resto de modos.

Más allá del modo principal, podremos ir desbloqueando personajes y golpes nuevos con nuestro avance, e igualmente se nos ofrece la oportunidad de repetir las misiones o entrar en el modo entrenamiento. Además, se ha habilitado un modo multijugador en el que pueden participar hasta cuatro amigos (con multitap). Divertido pero algo limitado, nos propone un combate campal en escenarios seleccionables, con o sin armas.

Es fácil repartir, pero también recibir. Control sencillo y peleas divertidas, con presas vistosas y algunos ataques especiales.

El planteamiento principal de ?Urban Reign? se basa en una total inmersión en la acción, desde el primer al último momento. El objetivo es intentar trasladar el espíritu de clásicos como ?Final Fight?, a tiempos de máquinas y estilos más depurados. Para conseguirlo, se ha optado por un desarrollo de la acción contundente.

Por un lado, y para comenzar, disponemos de un único botón para acometer los golpes, con independencia de si se trata de un puñetazo o una patada. Una medida extraña en una NAMCO que utiliza un botón para cada extremidad en ?Tekken?, no hace más que evidenciar el intento de simpleza de esta propuesta.
Este único botón, nos permite, acompañándolo de una dirección en el stick o cruceta (arriba, abajo, o neutro), seleccionar la zona del cuerpo del enemigo que queremos golpear, del mismo modo que ellos harán con nosotros. Cada ?maleante?, además de una barra de energía, mostrará un pequeño icono corporal que reflejará el daño recibido en cada zona del cuerpo (cabeza, tren superior y tren inferior) en función de nuestra localización de ataques.
Del verde al rojo, conseguir el máximo daño en una zona repercutirá en un mayor impacto de nuestros golpes y, por encima de todo, provocará un estado de atontamiento (grogui) que les/nos dejará indefensos por unos segundos.

Para amenizar un poco el poco margen de acción con el botón único de golpe (las combinaciones son pocas, y siempre se repiten), se nos permite, en la mejor línea de inspiración de ?Dead to Rights?, ejecutar divertidas y lucidas presas con un único botón (combinándolo con una dirección) y, para no perder la estela del ?Tekken?, también podemos realizar un par de movimientos especiales. Resultan muy útiles (sobre todo cuando estamos en el suelo) y fáciles de usar (dos botones más una dirección), aunque son pocos y resultan repetitivos rápidamente.

En cuanto al desarrollo de las peleas, la estructura será siempre la de enfrentarnos, en un escenario cerrado, a un grupo variable de enemigos (macarras) con no buenas intenciones. No podemos escapar del escenario y éste no permite juegos de nivel o segmentos, por lo que los enfrentamientos son directos e ineludibles. Los enemigos suelen aliarse para atacar en grupo, con presas en pareja y golpes en combinación; intentando siempre optar por rodearnos, el lugar de atacarnos todos de frente.
Nuestra única posibilidad es atacar antes y mejor, desde que no podemos cubrirnos, en sentido literal. A la hora de esquivar los golpes se ha implementado un botón con el mismo mecanismo que un Parry: Pulsarlo en el momento adecuado, cuando somos atacados, nos evadimos; pero no resulta sencillo atinar en una combinación alargada, por lo que siempre nos llevaremos alguna caricia.
De modo que el mecanismo es un poco de atacar, con alguna que otra evasión para tomar la espalda, al tiempo que intentamos abusar de las presas todo lo que podamos. Se hace tremendamente rápido y rotundo, pero se echa en falta un movimiento de desplazamiento en defensa realmente útil, o una opción de bloqueo propiamente dicha.

Simple, pero no fácil; directo, pero no asequible con rapidez. ?Urban Reign? ofrece acción en calidad y cantidad, pero el sistema tan ?cerrado?, en escenarios y tipo de lucha, lo puede hacer algo desesperante para aquellos menos experimentados o amantes de este género.

Lo más destacado es la posibilidad de mejorar los atributos del personaje, contar con la ayuda de un segundo personaje (controlado por la IA) y el modo multijugador para 4 amigos.

La originalidad es, sin duda, el punto más débil de todo el conjunto, pues con una única mirada salta a la vista que se trata de una combinación de ?Tekken?, ?Dead to Rights? (pero sin armas de fuego), ?Death by Degrees?, y el modo ?Tekken Force?, precisamente.

Todo lo que se muestra en el juego, se ha visto con anterioridad, con un grado mayor o menor de exactitud. Así, elementos como contar con golpes especiales, la posibilidad de efectuar diferentes presas, el moviendo evasivo, o incluso la incursión de armas como bates de Baseball o espadas son ya clásicos. Incluso los ítems de recarga de vida o pow (los dos únicos que aquí encontramos) están presentes.

Centrándonos en lo positivo, conviene destacar algunos buenos intentos. Comenzando por la inclusión de la mejora del personaje. A medida que superemos las misiones, se nos recompensará con unos ?puntos de experiencia? (1-3) con los que poder mejorar a nuestro luchador. Dividas sus habilidades en ataque y defensa, se puede alterar la potencia de impacto, el daño de las presas, la resistencia del tren inferior, superior, etc. Una buena idea que da toques de calidad, como el hecho de haber incluido varios estilos de lucha para manejar. Aunque no podemos cambiar de protagonista (ni de estilo) a lo largo de la historia, la posibilidad de contar con cualquier arte marcial en la selección de compañero nos permite probar y degustar hasta encontrar nuestro preferido para una segunda ronda, o quizá para el modo multijugador.
Tal modo es también un intento de aportar alicientes, y está pensado para repartir trifulca entre cuatro amigos, con las mismas reglas y movimientos.

Conviene hacer hincapié también en la posibilidad del juego combinado para el modo historia. Como ya hemos comentado, a partir de la misión 30 podremos compartir aventuras con un segundo personaje, y aunque la IA controlará a aquél que no llevemos (podemos cambiar entre el principal y el secundario en cualquier momento), se han incluido opciones de colaboración. Podemos pedir ayuda, o plantear un ataque combinado, e incluso aunar fuerzas para una presa doble. Divertido, aunque a menudo optaremos por dejar que nuestro compañero sea señuelo de los ?malos? mientras nosotros atacamos con subterfugio?

En definitiva, lo justo para crear un buen juego de peleas, aunque no uno grande; por lo repetitivo de la mecánica y la falta de profundidad, aunque quizá sea precisamente esa su mayor virtud.

El modelado es bueno, como las animaciones y la construcción de los escenarios. Sonido algo sencillo pero resultado atractivo.

No muy curioso resulta encontrarse con un apartado gráfico realmente bueno. Aunque el número de personajes en pantalla pocas veces supera la media docena, todos los modelos luces realmente bien modelados y animados en pantalla.
Miembros de bandas, ataviados con ropas y actitudes propias de barrios y tendencias peligrosas, muestran detalle y precisión en todos los aspectos. Con mención especial para los rostros (con los ojos, labios y barba perfectamente definidos), lucen reales y amenazantes; e incluso cuando la cámara suele tomar gran distancia para permitir amplia visión, la posibilidad de utilizar el zoom nos permite deleitarnos con los pobladores de los suburbios.

Y en cuanto a los escenarios, todos ellos cerrados y diseñados para ser destruidos con los empujes y lanzamientos del combate. Los cristales, los coches, las mesas o sillas en los garitos; todo se rompe y hace añicos con nuestros fulminantes movimientos.

Un motor suave y preciso, siempre suave y fiable, en cualquier situación. Al igual que la cámara, a veces incómoda, pero rápidamente controlable con el Stick derecho o el botón de objetivo (R1).
Las animaciones, buenas, divertidas, peliculeras. Herederas de ?Dead to Rights?, cumplen con su cometido y es fácil abusar de ellas por su facilidad, efectividad y, por qué no, plasticidad.

En cuanto al sonido, igualmente bueno, aunque algo menos contundente. Contamos con Dolby Digital, pero la música es siempre instrumental y poco marcada de carácter. Pensada para acompañar y animar, no se ha querido profundizar en ella; y es una pena, porque el juego habría acabado de presentar personalidad.
El conjunto es algo soso en este aspecto, agudizado levemente por la carencia de voces en las batallas, algo centradas en el golpear y el rodar.

Por último, comentar que ?Urban Reign? no ha sido doblado ni cuenta con selector de 60 Hz, pero dispone de subtítulos en español.