Una vez pasados los primeros menús y las primeras opciones de configuración, tanto del mando como del propio juego, entramos de lleno en carrera en uno de los dos tramos disponibles (uno en Italia totalmente de tierra y otro en Francia con predominio de asfalto) con uno de los dos coches a los que se puede tener acceso (Ford Focus WRC y el Subaru). Lo primero que llama la atención evidentemente es a nivel gráfico, el entorno y los detalles que rodean cualquier parte del circuito. Estos están cargados de plantas y árboles alrededor, vallas, casas, rocas y casi cualquier detalle que se pueda encontrar uno en un circuito, movidos todos a una muy buena velocidad y sin ralentización de ningún tipo, muy por encima del título de rallies que serviría como referencia a este, como no, Colin McRae 2005. Evidentemente, a una PS2 le “daría algo” si tuviese que mover todo eso a una resolución alta, así que los chicos de Evolution han optado por bajar la resolución en pantalla un poco para que todo se mueva con gran soltura, un detalle que no se aprecia en carretera, pero sí en las repeticiones y en ciertas texturas.
Cuenta con un gran número de vistas desde las que podemos competir (5 en total) y todas son bastante accesibles, no encontrando ese tipo de vista “de pega” puesta de relleno en la que es imposible competir. Personalmente, siempre he elegido la vista interior del coche detrás del cristal porque es la que mayor sensación de velocidad y realismo provoca. En esta vista, apreciamos algunos detalles realmente espectaculares en pantalla. Como por ejemplo, veremos como el cristal se va ensuciando por motas de polvo (o mosquitos…) a medida que ganamos velocidad y pasados unos segundos, el piloto activará automáticamente el limpiaparabrisas, dejándola nuevamente intacta. Aunque si la vista es exterior, trasera al coche, veremos otro detalle realmente realista como el de las ruedas delantera provocando una estela de polvo al igual que en las traseras y todo esto hecho con cálculo de partículas muy realista y efectivo (sobretodo en las repeticiones).
Otro detalle que también nos ha sorprendido gratamente lo hayamos en algunos tramos de los circuitos, donde encontramos polvo suspendido como el que encontraríamos en cualquier carretera al soplar el más mínimo viento. Además, en las carreteras encontramos hoyos, zanjas o baches que harán que el coche se desestabilice con facilidad, teniendo que controlarlo nosotros, y eso sin contar a las zanjas que a veces encontraremos a los lados de algunos carriles principales que como se meta alguna rueda trasera en ellos, despídete del control del coche (comportamiento real de un coche en esa situación). Sin embargo, esto contrasta muchísimo con otros comportamientos nada reales en otras situaciones, como por ejemplo ir a casi 200 km/h en una recta, perder un poco el control, irse el coche derecho hacia un montículo fuera de la carretera y que el coche al paso por encima de este montículo, en lugar de salir disparado por el aire y quedarse destrozado, se pega cual hombre-araña a dicho montículo derrapando sobre él, con lo que si eres un poco habilidoso podrás salvar perfectamente esta situación. No sabemos muy bien por que unas situaciones han sido tan fielmente reflejadas, mientras que otras son tan “arcade”.Seguimos con el apartado técnico con las voces del copiloto, que son imprescindibles para no salirse de la carretera y que hay que seguir al pie de la letra para poder hacer buenos tiempos, con lo que tendremos que estar muy pendientes de todas sus indicaciones. Estas se encuentran, como no, en perfecto castellano con una buena entonación, aunque a veces al reutilizar palabras para construir ciertas frases encontramos algunas palabras con entonación distinta a las siguientes, aunque nada grave. Sin embargo, sí encontramos “grave” en ciertas curvas muy pronunciadas como nos echamos encima de ellas y el copiloto no reacciona a tiempo, diciéndonos que la curva es de tipo 5 o 6 (muy pronunciada) justo cuando ya nos la hemos comido, teniendo tiempo de sobra para habernos avisado. Esto ocurre poco en alguna que otra curva, pero habría que intentar pulir este detalle para futuras versiones (¿editor de notas de copiloto para WRC5 con opción para editar las existentes y grabar las nuestras propias?....Ojalá…). Siguiendo con el apartado sonoro, encontramos muy trabajado el sonido de todos los coches (al menos los dos de la demo), donde encontramos gran diferencia en los sonidos del motor, cambio de marchas, etc.).
Una vez en carrera, también encontramos diferencias entre los dos coches, ya que en Evolution han prestado especial detalle a todos los coches que podremos seleccionar en el título, su conducción y su comportamiento en carretera, siendo radicalmente opuestos entre ellos. Por ejemplo, mientras que, por ejemplo, el Ford Focus toma las curvas con mayor soltura que el Subaru, una vez trazada es más fácil que este se vaya de atrás, mientras que el Subaru es algo más rígido en tomar curvas, pero luego será más difícil que se vaya una vez tomada. Pues detalles como estos encontraremos muchísimos en cada coche. El sistema de control es bastante similar al del episodio anterior, aunque un poco menos “crudo”, siendo bastante más accesible aunque sigue siendo distinto al de los CMR. Mientras que en Colin será más fácil que el coche cabecee en las curvas, siendo nuestro principal (que no único) cometido derrapar dentro de ellas para salir rectos acelerando, en WRC 4 deberemos hacer al coche derrapar dentro de la curva tirando del freno de mano o forzando mucho el volante en la curva, siendo este último un comportamiento bastante más real, pero también algo más difícil de manejar. Eso sí, en el momento en el que tengamos cogido el “tranquillo al control, será una auténtica gozada ver las repeticiones (superiores incluso a las de Gran Turismo por la espectacularidad de muchas de las tomas) que hacen que parezcas realmente un piloto de rallies.
Por último, decir que se echa en falta y muchísimo un gatillo en el pad de la Play2 similar al que encontramos en el mando de Xbox o, en su defecto, un botón analógico real con distintas profundidades para acelerar, para evitar el dolor del dedo anular al acelerar porque, incluso con la opción de los botones analógicos desactivados que el juego permite, hay que pulsar muuuy fuerte el acelerador para que el coche se entere de que estas acelerando. Evidentemente, al no disponer de esto, podríamos optar por la utilización de algún volante con pedales de acelerador y freno, lo cual suple con creces esta “carencia” y hace más real la experiencia del simulador.
En definitiva, lo que hemos jugado nos ha gustado mucho, muy espectacular técnicamente y con una conducción muy realista y llevadera para los que pensaban que era excesivamente complicado de manejar en anteriores entregas. Eso sí, ciertos puntos negros que hacen que este juego no sea el simulador de rallies perfecto que, sin ensombrecer el conjunto final, si hace que haya que anotarse posible mejoras para posteriores versiones. Pero si no llegan a existir estos “detalles” no habría nuevas versiones, ¿no?
