Con un viaje por el interior de 
Bowser como excusa argumental, esta tercera aventura de 
Mario y Luigi de tintes roleros recupera la frescura del título original de 
GBA y enriquece la fórmula metiéndonos - la mitad del tiempo - en la piel del egoista, fanfarrón y bocazas 
malo de la saga. Así, la némesis de 
Mario no sólo es el 
co-protagonista (y supone una interesante variación de la fórmula, ya que este gigantón lucha de forma completamente distinta al dúo de fontaneros), también es 
el lugar en el que se desarrolla la mayor parte de la aventura. Con simpatía y buen humor viajaremos por sus 
órganos y músculos para ayudarle en su periplo: ayudarle a recuperar su llamarada, multiplicar su fuerza, ponerlo a dieta...
Aunque los combates sean por turnos 
es imprescindible tener buenos reflejos, ya que para atacar con fuerza o esquivar los ataques enemigos tendremos que pulsar determinados botones en el momento justo, haciéndo que las luchas sean mucho más dinámicas y divertidas (y que el nivel tenga menos importancia). Un punto muy interesante 
son los combates que empezamos con Bowser y terminamos con los hermanos (cuando este se traga algún enemigo y continúa el combate en su estómago).  También tenemos que destacar un inteligente aprovechamiento de las posibilidades de 
DS (doble pantalla, micro y pantalla táctil). Eso sí, se ha hecho con cabeza y sin forzar la mecánica de juego; por ejemplo, la pantalla táctil sólo la utilizaremos en los especiales de 
Bowser o cuando este se convierta en 
Giga Bowser.
Como en casi todas las ediciones bajo el sello de 
Nintendo hay que destacar una excelente traducción en la que no faltan los modismos, expresiones divertidas o incluso poemas... Todo sea por mantener el excelente nivel humorístico de la saga.