Historia de Disgaea 7: Vows of the Virtueless

El octavo título de la saga de juegos de rol tácticos de Nippon Ichi Software (NIS) llega en octubre de 2023 a España en Switch, PC y consolas PlayStation, y nos sitúa en una reunión de diferentes inframundos conocidos como el Hinomoto Netherworld Cluster, o Grupo de Inframundos de Hinomoto, del que surgen una gran cantidad de espíritus y fantasmas vengativos. Todo este grupo de inframundos se unieron y decidieron aderirse al estricto Código del Bushido, algo inusual entre los demonios. Pero las cosas cambiaron cuando el Almirante Demonio "Opener" llegó a la cabeza de un enorme ejército, tomó el control de los Inframundos del grupo y comenzó a hacer cumplir un nuevo conjunto de leyes, conocido como "Hinomoto Destroy Hatto" que hizo que muchos demonios decidieran abandonar este grupo y abandonar las virtudes del Bushido.



Este conjunto de reglas tiene los siguientes preceptos:

- Decreto #1 - El Bushido: Reventarlo en pedazos.
- Decreto #2 - ¿Hay alguien descontento con los impuestos o salarios? Hay que matarlos.
- Decreto #3 - Amistad y amor: Mejor ignorarlo.
- Decreto #4 - ¿Aumentar la fuerza y aplastar la debilidad? Sí, por favor.
- Decreto #5 - La lucha hace que el inframundo gire. Así que ¡a por ello!

Cualquiera que desobedezca estas leyes recibe el HARAKIRI.



La historia propiamente dicha está protagonizada por Fuji, un samurái demoníaco de habla borde que trata de ganar dinero, no aprueba el código Bushido y es alérgico a las emociones humanas como el amor. Un día se encuentra con Piririka, un demonio gato protegido que es una gran otaku para la cultura hinomotonés... aunque su conocimiento de dicha cultura proviene principalmente de películas y manga. Si bien sus puntos de vista sobre Hinomoto difieren entre sí, los dos se preparan para luchar para derrocar al Shogunato Opener y lidiar con los problemas que han afectado al grupo de inframundos y a su honor.



¿Pueden Fuji, Pirika y las extrañas bolas que se encuentran en el camino recuperar al honorable Hinomoto una vez más...?