Análisis Trials of Mana - Un remake muy fiel del clásico de Super Nintendo por el que se nota demasiado el paso de los años

A pesar de su falta enorme de profundidad en todos los aspectos, Trials of Mana no es un juego aburrido al menos en su mayor parte. El contar con unos personajes más o menos simpáticos, uno acabado técnico muy colorista, el tener que buscar objetos ocultos o llegar hasta el enfrentamiento con los jefes finales le hace tener cierta diversión, sobre todo si eres un jugador que no busca una experiencia compleja. Aquí la nostalgia puede jugar a favor y en contra, ya que el original es mucho mejor juego que este remake en todos los aspectos, pero sigue teniendo esa magia de ser un gran juego que jugamos algunos de nosotros hace muchísimos años (y otros hace muy poco si jugaste a la versión en español de Collection of Mana). En muchas ocasiones quieres seguir avanzando simplemente por ver lo siguiente que te vas a encontrar y poder apreciar el trabajo realizado en el remake con algunas localizaciones, personajes y enemigos. Tampoco es que sea de gran consuelo porque puede que no hayas jugado al original y quieras que te cuenten una historia o ver cómo evolucionan sus personajes e interactúan entre ellos, y en Trials of Mana tampoco encontramos demasiado de eso por desgracia.En cuanto a su dificultad, volvemos a notar que Trials of Mana es un juego hecho para un público mucho más joven que la media de jugadores de PS4, PC o Switch, ya que tenemos tres niveles de dificultad a elegir e incluso en el más alto (Modo Difícil) es posible llegar a más del 60% del juego sin haber muerto ni una sola vez, venciendo a los enemigos finales a la primera y sin cambiar de personajes o lanzar ni una sola habilidad especial de los personajes que te acompañan. Dependiendo del tipo de jugador que seas puedes echar hasta 30 horas de juego si juegas el contenido endgame y eres un coleccionista de trofeos, y si no y solo quieres pasártelo puedes echar algo menos de 20 horas para finalizar, lo que también lo hace un poco corto para ser un juego de rol de acción.

Los últimos juegos lanzados de la saga Seiken Densetsu (Secret of Mana) denotan que la compañía desarrolladora quiere utilizar esta saga como su saga de juegos para un público mucho más joven, y se olvida de que los jugadores que llevamos más años jugando al mismo encontrábamos cierta dificultad en los originales de Super Nintendo o Game Boy, por no decir Legend of Mana de PlayStation. Lo que encontramos con Trials of Mana es, precisamente, un juego muy sencillo y lineal sin casi opciones en ninguna clase, sistema de combate, evolución de los personajes, la historia, opciones de juego o multijugador que se ha eliminado en esta entrega con respecto al original. La única decisión que de verdad importa en todo el juego es la inicial de escoger a los tres personajes del grupo y que marca el desarrollo de las historias secundarias sabiendo más de cada uno de ellos, lo que nos puede hacer rejugar una segunda vez para conocer en profundidad la de todos. Aún así, ni tan siquiera dan ganas por no haber tenido un desafío lo suficientemente atractivo como para volver a repetir toda la historia completa.

Controlamos a un grupo de tres personajes en casi todo momento (excepto en algunos combates y al inicio del juego) y podemos ir cambiando entre ellos para usar sus habilidades especiales, y aunque en el original de Super Nintendo o de Collection of Mana tenía mucho sentido puesto que si uno de los personajes usaba un arma de larga distancia (una lanza, un arco, un látigo...) era mejor para vencer a según qué enemigo en determinadas situaciones, en este remake todos los personajes tienen armas de corto alcance lo que los hace casi idénticos entre ellos a la hora de controlarlos (hay sutiles diferencias en sus movimientos) y que hace que no tenga demasiado sentido el cambio entre ellos. Además, el haber eliminado el cooperativo para tres jugadores nos parece totalmente arbitrario y una decisión tomada para no alargar el desarrollo, ya que la excusa dada por sus creadores fue que mientras un personaje lanza una habilidad de clase (un ataque especial) el resto se quedaría mirando aburrido, y esto sucede en todo momento con los personajes controlados por la IA y que no hay pausa de ninguna clase. Por lo demás, el juego está carente de toda profundidad, con un sistema de evolución lineal que no nos permite configuración de ninguna clase, un sistema de personalización en el que solo tenemos que ponernos el mejor equipamiento que encontramos en cada parte del cuerpo y que vamos comprando en cada ciudad a la que llegamos, unos enemigos normales y finales carentes de táctica a la hora de enfrentarnos a ellos o un sistema de IA de nuestros personajes cuando no los controlamos que sí que tiene algo de profundidad pero que solo cambiaremos una o dos veces a la hora de enfrentarnos a dos o tres enemigos del juego. Todo muy desaprovechado.

La generación actual de consolas está llegando a su fin, y PS5 y Xbox Series X están a punto de salir al mercado con nuevas apuestas en todos los géneros, mientras que Switch ya lleva unos cuantos años en el mercado también. Esto significa que vamos a encontrar un puñado de juegos de corte similar en el mercado que puede que tomasen prestadas influencias del original de Super Nintendo, pero que los hacen mejor apuesta que este remake. Es una lástima haber hecho un remake tan fiel al original cambiando la perspectiva y sin dotar al juego de nuevos elementos que atraigan a los jugadores más actuales. Puede que en 1995 los que jugábamos a videojuegos estuviésemos acostumbrados a cosas más simples, y esto es cierto, pero aún así parte de la pequeña complejidad que tenía Seiken Densetsu III en Super Nintendo como los elementos originales que hacían de éste un juego muy a tener en cuenta para comprarse y jugar se han eliminado en este remake, como el cooperativo o la personalización de los personajes para poder usarlos en diferentes situaciones.Teníamos el cooperativo para tres jugadores que hubiese dado una nueva vida al juego y que se ha eliminado del remake sin sentido alguno. Teníamos un menú en anillo muy original en su momento y que se ha utilizado hasta la saciedad, igual o parecido, en muchos actuales y pasados mejorándolo hasta la extenuación. Teníamos a tres personajes del grupo con diferentes habilidades y armas que nos hacían tener diferentes estrategias según el enemigo al que nos enfrentamos y que aquí son casi idénticos en todo salvo en las animaciones claro, por lo que no merece la pena cambiarlos casi para nada. Teníamos un acabado técnico de auténtico lujo y que a día de hoy en pleno año 2020 sigue sin haberse superado en muchos juegos en 2D de corte retro, y también lo hemos perdido con un juego muy simple (colorista, eso sí) pero falto de detalle en 3D. Pensamos que la saga Mana debería haber recibido otro tratamiento, y nos hubiese encantado otro lavado de cara diferente, bien en 2D con gráficos dibujados a mano que le hubiesen dotado de un toque diferente a muchos juegos actuales, o bien con más detalles y cosas que hacer a nivel jugable aunque fuese en 3D. El remake de Trials of Mana ha quedado en terreno de nadie.

Cuando vimos las primeras imágenes del remake de Seiken Densetsu III y que iba a aparecer en PS4, PC y Switch, pensábamos que estábamos ante un juego muy bonito con un lavado de cara total con respecto al original, y aunque sí que es lo que encontramos en el juego final tenemos que decir no hace justicia para nada a lo que esperábamos y, sobre todo, a lo que una saga tan longeva como la de Secret of Mana se merecía. El paso a las 3D consigue poner en pantalla a unos personajes bien realizados con bonitas animaciones aunque sin demasiadas florituras, mucho mejor que las del remake de Secret of Mana por descontado. Sin embargo, estos personajes principales tan bonitos se mueven por unos escenarios muy vacíos, sin casi animación de ninguna clase, realmente cuadrados en su estructura y totalmente lineales, todo fruto de haber hecho un remake fiel de un juego en 2D a pesar de que era precioso y un hito que se consiguió con las enormes limitaciones de una consola de 16 bits como Super Nintendo.A nivel musical podemos decir que las composiciones originales de Hiroki Kikuta siguen siendo a día de hoy realmente originales para un juego de estas características, con algunas melodías que se te meten en la cabeza y las tarareas durante horas. Tenemos la posibilidad de escuchar el corte original o la remasterización orquestal cambiándolo en el menú de opciones, y ambas suenan geniales, lo que da una buena prueba del buen hacer del compositor japonés. Como viene siendo habitual en muchos juegos, podemos escoger entre el audio original en japonés y en inglés y los textos en español, lo que ayuda a los más jóvenes a seguir bien la historia.