Diablo IV

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Lore de Diablo IV

El libro de Lorath

Nada mejor que un repaso completo a la historia acontecida en Santuario, el universo que sigue más vivo que nunca en Diablo IV. Blizzard ha decidido mostrarnos un resumen del lore para conocer lo acontecido en este mundo desde sus inicios, y que nos lleva desde la creación hasta el día reciente.

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Este es el lore de Diablo IV:




Episodio 1: Creación



Vídeo de momento exclusivo en inglés

Al principio no existía nada, solo el vacío en el que flotaba una única Perla perfecta, y en su interior Anu, un ser que era la suma de todo bien y mal, y que al tomar consciencia decidió expulsar de ella toda la oscuridad y la imperfección que había en ella. Pero como no podía estar separada acabó juntándose formando al Dragón, Tathamet, en cuyas siete cabezas expiraban muerte y una oscuridad infinita. Ambos, Anu y el Dragón, seguían en el interior de la Perla, y luchaban entre sí por dominarla y destruir al otro, pero ninguno conseguía una ventaja sobre el otro. Finalmente, y cuando a ambos comenzaron a fallarles las fuerzas decidieron realizar un ataque final, un golpe final cuya energía producida hizo que ambos desaparecieran creando una explosión de luz y materia tan grande que dio lugar al universo que todos conocemos dividido en tres grandes partes: Los Reinos de los Altos Cielos, Los Infiernos Abrasadores, y un lugar intermedio denominado Pandemonium.

Los Infiernos Abrasadores


Cada uno de los dos excepcionales seres dieron lugar a diversas criaturas. Cada una de las cabezas de Tathamet se transformaron en un ser que gobernaría cada uno de los siete reinos de los Infiernos Abrasadores.

- Mephisto, Señor del Odio. El mayor de los Tres Hermanos y padre de Lilith y Luncion. Es el demonio más inteligente y astuto que existe, aunque físicamente es el más débil de los tres hermanos.

- Diablo, Señor del Terror. El más joven de los Tres Hermanos. Es Padre de Leah.

- Baal, Señor de la Destrucción. Es el hijo de en medio de los Tres Hermanos.

- Andariel, Doncella de la Angustia. Es la hermana "gemela" de Duriel. Fue mandada a cuidar del Monasterio de las Arpías por Diablo.

- Duriel, Señor del Dolor. Es el hermano "gemelo" de Andariel. A pesar de que Duriel tuvo su parte en el Exilio Oscuro, ha vuelto a alinearse con los Tres Hermanos. Fue mandado a cuidar de la Cámara de Tal Rasha.

- Belial, Señor de las mentiras. Uno de los líderes de la rebelión contra los Tres y antiguo protegido de Mephisto. De alguna manera llega a hacerse cargo de Caldeum y controla a su Emperador.

- Azmodan, Señor del Pecado. Uno de los líderes de la rebelión contra los Tres. Hermano y rival de Belial.

Los Altos Cielos


Por su parte, la columna de Anu se dividió en cinco grandes seres conocidos como ángeles Seraphim, y son criaturas celestiales de luz concebidos por el arco cristalino. Son gobernados por el Consejo Angiris, los cinco arcángeles poderosos de justicia, esperanza, sabiduría, destino y valor.

- Tyrael, arcángel de la Justicia. Mucho antes de que el hombre de alzara, se dice que Tyrael era el más flexible de todos los ángeles, firme en su defensa de la ley, las normas y el orden. Se entregó a un único e inmutable objetivo: la victoria de los Altos Cielos en el Conflicto Eterno.

- Auriel, arcángel de la Esperanza. Es la más amada de todos los ángeles y líder del coro de los Altos Cielos, en el que ocupa un lugar primordial. Se dice que es el ángel más alegre del Consejo de Angiris. Ella cree que el potencial para el bien reside en todas partes, incluso en el corazón de los seres conscientes.

- Imperius, arcángel del Valor. Él está a la cabeza de los guerreros de los Altos Cielos. Su capacidad como estratega toca todos los aspectos del arte de la guerra, desde la maniobras militares en el campo de batalla a los ataques encubiertos contra los puestos avanzados del Infierno.

- Itherael, arcángel del Destino. Los arcángeles creen en el destino. Creen que todo está escrito y por tanto, todo puede ser revelado. Itherael es capaz de leer los esotéricos escritos arcanos del destino. Es algo que los demás no se atreven a hacer. Para ellos, las visiones son indescifrables.

- Malthael (arcángel de la Sabiduría). El Arcángel de la Sabiduría, es el más misterioso del Consejo de Angiris. Es un ser noble e inteligente del que se decía amaba toda vida, pero más tarde se describe al arcángel como melancólico, evasivo y a veces incluso aterrador.

Anteriormente Inarius (arcángel de la Creación) y hermano de Tyrael también formaba parte del Concilio hasta que decidió exiliarse.

Pandemonium


Pandemonium es el centro de la creación y esta localizado donde estaba el Corazon de la Creación, mas comúnmente conocida como la Piedra del Mundo, antes de que fuera robada por Inarius y Lilith. Fue el lugar donde finalmente Anu y Tathamet se destruyeron el uno al otro y crearon el universo conocido.

Este reino fué el principal campo de batalla entre las fuerzas del Cielo y del Infierno, antes de la creación de Santuario, cuando el conflicto todavía se centraba en conseguir el control de la Piedra del Mundo. En un momento en concreto, bajo el control del Cielo, Tyrael ordeno la construcción de la Fortaleza del Pandemónium alrededor de la Piedra del Mundo.



Episodio 2: Santuario





Como decimos, la Piedra del Mundo fue robada por los que son considerados el padre y la madre de Santuario, el mundo tal y como lo conocemos hoy en día. Hablamos de Inarius y Lilith, Ángel y Demonio. Pandemonium fue el lugar donde incontables batallas entre ángeles y demonios tuvieron lugar. Inarius y sus nuevos compañeros alteraron la frecuencia o el alineamiento dimensional de la piedra del mundo, y emplearon su poder para ocultarla de Los Ángeles y Demonios aún involucrados en el conflicto eterno. Esta Piedra del Mundo tenía el poder de crear nuevos mundos, o incluso destruirlos solo con su pensamiento, así que quienes tuviesen su control podrían hacerlo realidad. Eones pasaron en el conflicto eterno, e incontables cuerpos de ambos bandos yacían a las puertas de Pandemonium, hasta que uno de los consejeros del Concilio de Angiris, Inarius, concluyó que esta guerra nunca tendría final, por lo que decidió abandonarla. A la misma conclusión llegó Lilith, Hija del odio, y ambos de una forma u otra que solo el tiempo y los mitos conocen, llegaron a reunirse en la fortaleza de Pandemonium mientras la propia Lilith esperaba su oportunidad para rebelarse ante su propio padre, Mephisto, al que consideraba como un estúpido al no darse cuenta de que este conflicto nunca terminaría si esta lucha continuaba. Ambos, Lilith e Inaruis, estaban de acuerdo y formaron una alianza que cambiaría el curso de este conflicto, y de la misma guerra. Decidieron ocultar la Piedra del Mundo de ambos bandos.

Trabajaron juntos para llevar esta piedra a una dimensión de bolsillo gracias a un enorme poder que la ocultaba de la guerra, lo que hacía de aquel lugar un Santuario para ambos bandos. Dicha unión creó vida en aquel lugar, una vida que cambiaría la naturaleza de aquel conflicto eterno, y que posteriormente fueron conocidos como los Nephalem, de los que posteriormente la humanidad descendería con diferentes linajes. Estos nacerían con una resistencia natural a ambos de los reinos, Altos Cielos e Infiernos Abrasadores, motivo por el que muchos de los ángeles y demonios se rebelaron contra ellos, temiendo de lo que se serían capaces. Inarius no fue capaz de ver las consecuencias de estos seres que superaban en capacidades al de los propios demonios y ángeles, planteándose si debía incluso exterminarlos. Sin embargo, Lilith temió por la amenaza de la extinción de sus propios hijos, y acabó asesinando tanto a los ángeles como a los demonios que se rebelaban contra ellos, hasta que el propio Inarius descubrió lo que ella había hecho con los de su propia estirpe.

Fue en ese momento cuando Inarius decidió expulsar del Santuario que habían creado juntos a Lilith, incapaz de acabar con su vida tras dicha atrocidad, y disminuyó el poder de los nephalem con el paso del tiempo, desapareciendo tras ello. Con el paso del tiempo, los descendientes de los nephalem fueron perdiendo todas estas facultades convirtiéndose en simples humanos cuyas memorias olvidarían todo lo acontecido y todo quedaría en simples leyendas.



Episodio 3: El Señor del Terror



Dos grupos rivales, el Templo del Triuno y la Catedral de la Luz, surgieron en el mundo de Santuario y se esforzaron por conquistar los corazones de la humanidad. El Triuno estaba respaldado en secreto por los tres principales demonios, Mephisto, Baal y Diablo, que habían descubierto la existencia de Santuario. Inarius fundó en secreto la Catedral de la Luz en respuesta, un intento de contrarrestar su influencia malévola. Sin el conocimiento de estos demonios o del propio Inarius, Lilith regresó a Santuario para despertar los poderes latentes de sus hijos, sabiendo que tenían la capacidad de desterrar a los agentes de Los Infiernos Abrasadores e Inarius para siempre. Poco después, Santuario se vio envuelto en lo que se conocerá como la Guerra del Pecado, una catastrófica guerra de poder sobre las almas de la humanidad. La humanidad ganó la guerra, pero se enfrentó a otro tipo de batalla. Los Altos Cielos también se dieron cuenta de la existencia de Santuario y de sus hijos blasfemos, y ahora deliberaron sobre el destino final de la humanidad.

Con la división del Consejo de Angiris, el Arcángel Tyrael emitió el voto final para salvarnos del exterminio. En cambio, la memoria de todo lo que vino antes fue arrebatada a la humanidad, incluido el conocimiento de su poder heredado. A cambio de su participación en dejar Santuario en paz, los Infiernos Abrasadores tomaron a Inarius bajo su custodia, y se dice que ha sufrido un tormento interminable a manos de ellos desde entonces. Por supuesto, no es la naturaleza de los Infiernos Abrasadores dejar lo suficiente solo, y en poco tiempo, más intentos de corromper a la humanidad se pusieron en marcha. Los Demonios Menores, liderados por Azmodan y Belial, protagonizaron un levantamiento que alteró el orden establecido de los Infiernos Abrasadores. Convencidos de que los Principales Demonios habían abandonado el Conflicto Eterno a favor de corromper a la humanidad, los usurpadores se dispusieron a desterrar a los tres Principales Demonios de Santuario. Perdieron un tercio de su ejército, pero lograron desterrar a Mephisto, Baal y Diablo al reino de los mortales, en lo que se conocería como el Exilio Oscuro. Pasaron décadas sembrando el terror, el odio y la destrucción por todo el país. Es aquí donde comienza la historia de los Horadrim, cuando Tyrael reunió a un grupo de magos poderosos y les encargó la defensa de la humanidad, manteniéndose firmes contra la tiranía de los males principales y protegiéndose contra los ojos iracundos de los cielos que caen sobre la humanidad una vez más.

Tyrael talló tres Piedras del Alma de pedazos de las Piedras del Mundo, prisiones cristalinas diseñadas para contener la esencia maligna de un Demonio Primigenio. Zafiro para Mephisto, ámbar para Baal y carmesí para Diablo. Bajo la guía de Tyrael, los Horadrim buscaron a través de la inmensidad de Santuario a los Señores del Infierno, con el objetivo de contenerlos. Los Horadrim encontraron a Mephisto y, después de mucha lucha, lo encarcelaron. La Piedra del Alma de zafiro fue entregada a Zakarum para su custodia. También lucharon contra Baal, pero, en el proceso, su Piedra del Alma se hizo añicos. El líder de la orden, Tal Rasha, atrapó la esencia de Baal en el fragmento más grande de la piedra de alma ámbar, pero temía que fuera insuficiente. Los Horadrim concluyeron que podían fusionar el fragmento con un cuerpo humano en un esfuerzo por contener mejor el poder de Baal. Tal Rasha ofreció desinteresadamente su propio cuerpo para contener la esencia furiosa del Señor de la Destrucción. Tyrael mismo asumió el solemne deber de clavar el fragmento en el corazón de Tal Rasha. Los afligidos Horadrim sellaron a su noble líder dentro de una tumba subterránea, creyendo que lo dejarían sufrir un tormento más allá de la imaginación mientras luchaba por retener al monstruoso Señor de la Destrucción para siempre.

A raíz de esta tragedia, Jered Cain tomó el liderazgo de los magos magullados y maltratados. Juntos, los Horadrim pasaron casi diez años siguiendo el camino del terror de Diablo a través de Santuario, hasta que finalmente llegaron a las manos y lo contuvieron dentro de la Piedra del Alma carmesí. La Piedra del Alma de Diablo fue escondida cuidadosamente en lo profundo de un sistema de cuevas laberínticas por los Horadrim. Para proteger el gran mal oculto en sus profundidades, se construyó un monasterio horádrico encima de las cuevas. Mientras exista una llave, su puerta puede abrirse. La tierra cerca de ese pequeño monasterio eventualmente se colonizaría cuando se fundara allí la tranquila y próspera ciudad de Tristram. Ninguno podría haber sabido, excepto, quizás, Diablo, el sombrío destino que caería sobre las desafortunadas almas que llamaron hogar a Tristram. Con el tiempo, los poderes influyeron en la tierra y Tristram se volvió políticamente significativo. A instancias de la iglesia de Zakarum, y guiado por el arzobispo Lazarus, un señor de Zakarum llamado Leoric se coronó rey de Khanduras e hizo de Tristram su capital. Convirtió el antiguo monasterio de Horadric en su sede de poder, sin darse cuenta de la amenaza que acechaba debajo. Leoric fue sabio y justo, marcando el comienzo de una era de paz y prosperidad para Tristram. Pero con el tiempo, su perspectiva se oscureció y se volvió irracional, su mente se deslizó hacia la locura y la paranoia. El rey comenzó a ordenar la ejecución de cualquiera que lo cuestionara, y la gente comenzó a llamarlo el Rey Negro. Declaró la guerra al reino vecino de Westmarch, en parte gracias al consejo de Lazarus. Una guerra injusta e imposible de ganar. El hijo mayor de Leoric, Aidan, se unió a la lucha en busca de la aprobación de su padre. Poco después de la partida de Aidan, el hijo menor de Leoric, Albrecht, desapareció. Leoric torturó y ejecutó a muchos de los suyos en su frenesí por encontrar a su hijo. Sus caballeros, recién regresados de la guerra y consternados por el estado de su reino, se vieron obligados a matar al Rey Negro para detener la brutalidad. En un intento por honrar al hombre que había sido, Leoric recibió un entierro adecuado en las antiguas catacumbas. Aidan también regresó para encontrar un reino en ruinas. Los rumores de los horribles sucesos en Tristram se difundieron, junto con la noticia de la aparición de criaturas demoníacas, y atrajeron aventureros a Tristram. Dos de esos aventureros se unieron al Príncipe Aidan cuando entró en las catacumbas para encontrar a su hermano, Albrecht. Durante este angustioso viaje, Aidan se vio obligado a derribar a su propio padre, que había sido reanimado como una entidad repugnante llamada Skeleton King. Continuando, Aidan pronto encontró al propio Diablo. Después de una gran batalla de fuego y acero, el Señor del Terror fue derrotado.

Pero este final no es feliz, porque Diablo había torcido el cuerpo del joven Albrecht en su propia forma demoníaca. Al matar al demonio, Aidan había matado a su hermano menor. Angustiado, Aidan sacó la piedra del alma de Albrecht y la hundió en su propio cuerpo. En las semanas que siguieron, Aidan buscaría consuelo en una bruja local llamada Adria. Sucumbiendo lentamente a la influencia de Diablo, Aidan finalmente viajó al este desde Tristram y se hizo conocido como el Caminante Oscuro, empeñado en liberar a Baal y Mephisto. Mientras el Oscuro Merodeador viajaba hacia el este, un nuevo grupo de aventureros llegó a Tristram. Rescataron a Deckard Cain de las ruinas de Tristram, quien les imploró que lo persiguieran. Pronto, el grupo se encontró participando en una peligrosa persecución del Señor del Terror. Siguiendo el camino del Vagabundo Oscuro hacia la Tumba de Tal Rasha, los aventureros se enfrentarían a los males menores de Andariel y Duriel, que se habían unido en ayuda de Diablo. En lugar de Tal Rasha, descubrieron a Tyrael encarcelado en la tumba. Baal, que aún usaba a Tal Rasha como recipiente, había escapado del encarcelamiento para unirse a Diablo en su apariencia del Oscuro Merodeador. Juntos habían vencido a Tyrael y lo habían atrapado en la prisión que había hecho para Baal hacía tanto tiempo. Los héroes siguieron adelante para encontrar a Mephisto, el Señor del Odio, en las profundidades de las junglas de Kurast. Una vez más, los héroes llegaron demasiado tarde para detener a Diablo, ya que se despojó de lo poco que quedaba de Aidan, volviendo a su forma monstruosa y demoníaca, antes de regresar a los Infiernos Ardientes para reunir a sus legiones demoníacas. Mephisto se quedó atrás, creyendo que podría derrotar a los valientes perseguidores. Su confianza estaba fuera de lugar. El Señor del Odio fue derrotado y sellado en la Piedra de Alma de zafiro. Los héroes siguieron al Señor del Terror a los Infiernos Ardientes, pensando solo en el Santuario y no en el sombrío destino que probablemente les esperaba allí. A petición de Tyrael, los héroes se enfrentaron al ángel corrupto Izual en las Llanuras de la Desesperación. Al matarlo, los héroes liberaron el espíritu de Izual y él les informó que los Prime Evils sabían cómo corromper las Piedras del Alma. Con esta información, Cain envió a los héroes a la fragua del infierno para destruir la Piedras del Alma de zafiro, con la esperanza de que esto evitaría que Mephisto se manifestara en este mundo nunca más. Una vez allí, tuvieron que derrotar a un demonio llamado Hephasto the Armorer, una monstruosidad imponente con cuernos anchos, sus poderosos brazos fortalecidos por miles y miles de golpes con su Martillo la fragua del infierno contra el Yunque. Después de destruir con éxito la piedra de alma de zafiro, los héroes viajaron a las profundidades de los páramos de los Infiernos Ardientes para enfrentarse al mismísimo Señor del Terror. Lucharon en una feroz batalla campal contra probabilidades cada vez más terribles, en lo profundo del propio reino de Diablo. Pero los héroes lucharon y derrotaron a Diablo. Sacaron el fragmento de la cabeza de Diablo, atrapando su esencia dentro, y regresaron a la fragua del infierno para destruirlo también. Con este logro trascendental, solo Baal permaneció para amenazar Santuario. Desafortunadamente para nosotros, incluso un Prime Evil puede desatar una devastación inconcebible. Mientras los héroes luchaban con Diablo en el infierno, Baal, Señor de la Destrucción, puso a su ejército demoníaco en curso hacia el Monte Arreat, aniquilando todo a su paso en el camino hacia su premio, la Piedra del Mundo. Los relatos de los sobrevivientes describen al Primer Mal sobre su litera, inspeccionando la ciudad bárbara de Sescheron con una malicia voraz y un deseo insaciable de carnicería. Su visión del Santuario era un páramo manchado de sangre. Es a la vez humillante y horrible saber lo cerca que estuvo de lograr ese objetivo. Gracias a la valentía de los bárbaros en la ciudad de Harrogath en la base del Monte Arreat, el ejército de Baal fue repelido temporalmente, ganando tiempo suficiente para que llegaran los refuerzos y los héroes que habían matado a Diablo y Mephisto. Se abrieron paso a través del ejército de Baal, subieron la montaña y, finalmente, llegaron al corazón mismo del Santuario, el Torreón de la Piedra del Mundo. Aunque nuestros héroes finalmente derrotaron a Baal, no pudieron evitar que su malicia venenosa infectara la Piedra del Mundo. Había que tomar una decisión difícil, y así fue. Tyrael eligió destruir Las Piedras del Mundo en lugar de dejar que cayeran en la corrupción. Arrojó su gran espada, El'druin, a la Piedra del Mundo, destrozándola. Algunos de sus fragmentos cayeron a la tierra, imbuidos de poder. La Piedra del Mundo era casi tan grande como la montaña que la albergaba, y su destrucción convirtió el imponente pico del Monte Arreat en nada más que un vasto cráter. Los asentamientos locales y las tribus se dispersaron por el viento, muchos obligados a buscar nuevos hogares. Y es en este nuevo mundo, profundamente herido por la traición de los Prime Evils, donde se desarrolla el próximo capítulo de nuestra historia. La trágica historia de Leah, el asalto de Diablo al Cielo y la traición de Maltael, y por qué quedamos tan pocos de nosotros.



Episodio 4: El Fin de los días



Te hablé de los valientes héroes que derrotaron a Diablo y Baal, y de la destrucción de Piedra del Mundo y Mount Arreat por Tyrael, el Arcángel de la Justicia. Como consecuencia, su esencia se dispersó. Y aunque ningún ángel lo había hecho antes, Tyrael pudo restaurar su forma en el reino de Pandemonium. Después de décadas de distancia, Tyrael regresó a los Altos Cielos para convencer a sus compañeros miembros del Consejo Angiris que estaban destinados a proteger a los inocentes y que el destino de la humanidad era fundamental para el futuro del Conflicto Eterno. Sin embargo, permanecieron comprometidos con sus leyes, dejando a Tyrael sin otra opción que renunciar a su naturaleza angelical, derramando sus alas para abrazar la mortalidad antes de ser expulsado de los Cielos. Y así cayó voluntariamente a Santuario, una estrella brillante que aterrizó en las ruinas de la Catedral de Tristram. Nueva Tristram se había establecido justo en las ruinas de su predecesora, un asentamiento próspero hogar de Deckard Cain y su joven pupila, Leah. Ella era la hija de Adria, que una vez había vivido en Tristram, y creció hasta convertirse en una joven sabia bajo la tutela de Cain.

Un grupo de aventureros de todo el Santuario se dispuso a investigar a la estrella caída. En cambio, encontraron a un hombre que había perdido la memoria. En un esfuerzo por ayudar a este extraño caído, Caín envió aventureros para recuperar la espada del hombre, rota y esparcida en las tierras circundantes. La búsqueda le costaría la vida a Deckard a manos de Maghda, el poderoso líder de un aquelarre fanático dedicado a Belial. Con su último aliento, Caín logró reparar la espada del extraño. Al hacerlo, reparó la memoria de Tyrael, así como la propia Espada de la Justicia, El'druin. Este hecho y por muchos, muchos más, creo que la historia juzgará a Deckard Cain entre los más grandes Horadrim, representando lo mejor de lo que puede ser la Orden Horádrica. Sus contribuciones a los Horadrim y a la humanidad no pueden subestimarse. El día que se fue de entre nosotros fue un día oscuro para todos nosotros.

En ese momento de profunda pérdida y dolor, Leah fue vencida por un poder oscuro dentro de sí misma. Cuando el poder se liberó, fue lo suficientemente fuerte como para ahuyentar a Maghda. Esta fue la primera señal de que su destino fue marcado cruelmente por fuerzas superiores a las conocidas. Después de la muerte de Caín, los aventureros, Leah y Tyrael, rastrearon a Maghda hasta Caldeum, donde, sin que ellos lo supieran, Belial se hacía pasar por el gobernante de la región. Su persecución terminó en los desiertos secos de Kehjistan, donde se enfrentaron a Maghda y la derribaron, vengando la muerte de Cain. Los héroes encontraron otra aliada en Adria, la madre de Leah, que quería ayudar a su hija a contener la creciente oscuridad. Ella los ayudó a descubrir la ubicación de la Piedra del Alma Negra, un artefacto extraordinario. creado por el renegado Horadrim Zoltun Kulle, que podía atrapar múltiples esencias tanto de ángeles como de demonios, y luego destruirlos permanentemente. Black Piedr del Alma en mano, se enfrentaron a Belial y revelaron su gran engaño. Derrotándolo, lo sellaron dentro de esta prisión de Piedra del Alma. Como hemos visto una y otra vez, el mal nunca está ocioso.

Azmodan, el Señor del Pecado, había emprendido una audaz invasión de Santuario, buscando la Piedra del Alma Negra para sí mismo. Todos los Grandes Malvados, excepto él y Diablo, habían quedado atrapados en Piedras del Alma, dándole a Azmodan la oportunidad de convertirse en un Demonio Primigenio. Su vasto ejército demoníaco surgió del Cráter Arreat, la cicatriz dejada por la destrucción de la Piedra del Mundo. El grupo se apresuró a ayudar a las fuerzas de Fortaleza Bastión, la única defensa contra las fuerzas de Azmodan. La fortaleza había sido golpeada, los aventureros lucharon a través de legiones de demonios y vencieron al Señor del Pecado en el corazón del cráter, sellándolo también en la Piedra del Alma Negra. Parecía que la marea estaba cambiando a favor de la humanidad. Pero Adria tenía otros planes. Había mentido sobre la Piedra del Alma Negra, habiéndola usado para marcar las almas de los siete grandes males para su contención, mientras dejaba a Diablo desatado. La bruja luego ofreció a Leah, su propia hija, como un recipiente para el regreso de Diablo, un acto que ella había planeado desde la concepción de su hija. Cuando Aidan buscó consuelo con ella en Tristram, Adria ya se había comprometido al servicio del Señor del Terror. Cuando se fue como el Trotamundos Oscuro, también lo hizo Adria.

Poco después, ella dio a luz a su hija, Leah, a quien dejó en Caldeum al cuidado de una amiga. Los niños no deben ser castigados por los pecados de sus padres, sin importar cuán graves pueden ser. Desde el momento de su nacimiento, el destino de Leah estuvo ligado inextricablemente a Diablo, su esencia parte de su creación. Con la traición de Adria revelada, Diablo tomó el control de Black Piedr del Alma, usándolo para canalizar las esencias de todos los señores del infierno Rebosante de poder, retorció el cuerpo de Leah en una nueva y horrible forma: el Primer Mal. Con su nueva fuerza, fijó sus ojos en un premio mucho mayor que nuestro mundo: la destrucción total de los Altos Cielos. poder no anunciado, El Señor del Terror atravesó las Puertas de Diamante de los Altos Cielos. Él solo derrotó a Imperius, líder del Consejo de Angiris, sin apenas pensarlo. El Mal Primigenio abrió Fisuras Infernales del Desafio dentro de Ciudad Plateada, liberando a los secuaces Infiernos Abrasadores, dejándolo continuar hacia Crystal Arch. Mientras los demonios asolaban Ciudad Plateada, los héroes acudieron en ayuda de Heaven para luchar contra el mismo Diablo. Contra todo pronóstico, Demonio Primigenio fue derrotado y su esencia quedó atrapada en la Piedra del Alma Negra.



Tyrael regresó al Consejo de Angiris como un mortal, ahora encarnando el Aspecto de la Sabiduría. No todo estaba bien con los Altos Cielos. Décadas antes del asalto de Diablo a los Altos Cielos, Maltael había abandonado el Consejo, los Cielos y su posición como el Aspecto de la Sabiduría. Los estragos del Conflicto Eterno deben haber cobrado su precio en la mente de Maltael. Maltael había deseado durante mucho tiempo poner fin al Conflicto Eterno, y finalmente vio su oportunidad con la derrota de Diablo. Con los siete Grandes males desaparecidos, dirigió su atención a la humanidad. Pero Maltael no estaba interesado en ganarse nuestros corazones y mentes. Su solución fue mucho más simple, mucho más fría. Para Maltael, la humanidad nunca sería más que engendros demoníacos. Y para el Eterno Conflicto para llegar a su conclusión, todos los demonios debían ser erradicados. Pero para lograr su objetivo final, Maltael tuvo que recuperar la piedra de alma negra, que ahora estaba en manos de lo que quedaba de los Horadrim. Probablemente le debo mi vida a El'druin. En ese primer enfrentamiento con Maltael, en los túneles negros de la Tumba de Rakkis, me enfrenté a la Muerte misma. Mientras mis hermanos caían y morían, estaba protegido detrás de un escudo mágico que Tyrael levantó con su espada. Cuando salimos a la ciudad calles, nos encontramos con un horror más allá de la comprensión. Premio en mano, Maltael y sus Cosechadores arrasaron Westmarch. La espeluznante matanza que presencié allí casi me destruye. Malthael pronto llevó la Piedra del Alma Negra a la Fortaleza de Pandemonium, donde comenzó a manipular su poder. Luchando por encontrar a dónde había ido, los aventureros recurrieron a la única persona en el Santuario que podría conocer la ubicación de Malthael: el traidor Adria. La bruja, sin embargo, no quiso cooperar y se transformó en un monstruo aterrador, fortalecido por la magia de la sangre.

Dando justicia final contra la traición de Adria, derrotaron a la abominación y partieron hacia la Fortaleza Pandemonium para enfrentarse a Malthael. Maltael ya había enviado la Piedra del Alma Negra al Santuario, y estaba cumpliendo su oscuro propósito: arrancar la esencia demoníaca de cada persona. Liberando los espíritus de sus propios parientes y líderes, los héroes se volvieron uno con la muerte, y fueron finalmente pudo luchar contra Maltael en terreno parejo. Se produjo una gran batalla y, en un último esfuerzo por asegurar la victoria, Maltael destrozó la Piedra del alma negra para enfrentarse al poder de los Grandes males que aún estaban atrapados en su interior. Los héroes se unieron valientemente en defensa de Santuario, el poder de los espíritus internos que les permite derrotar a la Muerte misma. Las secuelas del uso de la Piedra del Alma Negra por parte de Maltael vieron a Tyrael irse del Santuario e innumerables muertos. Lo que le sucedió a Diablo sigue siendo un misterio que me atormenta. Elegí la soledad y lo inútil. esfuerzos para devolver la Luz a nuestro mundo. Pero hay momentos, como este, en los que siento que la esperanza lucha por echar raíces una vez más. Pero esperar la salvación sin hacer nada para alcanzarla solo trae ruina. He aprendido esto muchas veces .Juzga a una persona por sus acciones, no por sus palabras. Lilith ha regresado. Sientes a la Hija del Odio en las sombras crecientes, al igual que yo. Ya no puedo luchar con acero y sangre, pero tal vez el conocimiento que he compartido actúe como una armadura en tu propia batalla con la oscuridad que se avecina.
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