The Legend of Zelda Twilight Princess ? Análisis

Tras numerosas presentaciones en diversas ferias y numerosos retrasos en sus fechas de salida, por fin hemos podido disfrutar (y nunca mejor dicho) de la más reciente obra de esta enorme franquicia de los videojuegos llamada The Legend of Zelda Twilight Princess, juego que ha significado el debut de Link y compañía en la nueva consola de Nintendo, Wii, así como uno de los últimos (por no decir el final) de la anterior generación de esta compañía GameCube. Ambas versiones comparten absolutamente todo el planteamiento, desarrollo, apartado técnico y sistema de juego con un ligerísimo cambio en su sistema de control que si bien no aprovecha ni la décima parte de las posibilidades del mando de Wii, sí supone un buen ejemplo de lo que un control tradicional puede dar de si, si no se pretende innovar.

Con todo ello, se podría decir que The Legend of Zelda Twilight Princess es uno de los mejores juegos que ha pasado por consola alguna en los últimos años sin ningún género de dudas, pero que con un punto negativo, el de no tener ningún factor de innovación que lleve al juego a lo más alto en cuanto a su puntuación.

Enorme variedad de planteamientos, una intensa historia con diferentes giros y más seria que en otros Zeldas y una enorme extensión que no deseamos que se acabe nunca son los ejes de la perfección.

Estamos, sin duda, ante el mejor estreno que pueda tener una consola de Nintendo. Hay que olvidar los prejuicios o las ideas preconcebidas sobre cómo deber ser un juego para esta consola, si debe permitirnos voltear las manos por el aire para hacer un ataque con la espada o lanzar uno de los mandos por la ventana para simular el lanzamiento de una flecha. Este juego debería ser probado por todos aquellos que se consideren aficionados a los videojuegos, así de sencillo. Durante las primeras horas de juego, encontramos a un personaje que nos deja experimentar, hablar con otros e incluso con los animales, descubrir los sentimientos de seres próximos y ayudar a su prójimo de una forma que hasta ahora no había visto en ningún otro juego desde hace muchísimos años. Lo mejor de todo es que sigue evolucionando conforme pasan las horas y se convierte en un juego que mezcla todos estos sentimientos para ofrecernos una historia divertida en unas ocasiones, tierna y amable en otras, pero sobretodo épica como ninguna otra.

Salvamos el reino, rescatamos princesas, ayudamos a la cura de distintas personas, pero sobretodo vivimos una serie de sensaciones y experiencias que hacen que las horas se pasen volando delante de la televisión y, lo que es muy difícil de conseguir, que no queramos que se acabe nunca.

Los ingredientes que consiguen este efecto son básicamente tres. El primero se puede percibir desde el primer momento de encender la consola, y es que la enorme variedad de situaciones que encontraremos hará que no se repitan dos veces los mismos planteamientos con una curva de aprendizaje simplemente perfecta. Aprender a realizar un tipo de ataque o acción utilizándolo varias veces en una zona y requiriendo su uso posterior en otro sitio hace que experimentemos en cada nuevo puzzle, calabozo o prueba hasta lograr dar con la solución idónea.

El segundo punto clave es su historia, mucho más adulta que cualquier otro Zelda hasta el día de hoy, incluso más que en Ocarina of Time de Nintendo 64, considerado por muchos como el mejor de la saga. La presión mediática por que Nintendo desarrollase un título serio y ?oscuro? ha dado en Twilight Princess un resultado perfecto en este sentido, logrando una trama con numerosos giros que entremezcla diferentes tipos de personajes con diferentes situaciones personales, pero sin complicar en exceso la narración, dando como resultando un hilo argumental fresco y vivo difícil de igualar. Si a todo esto unimos el tercero de los ingredientes para conseguir esta puntuación como es su enorme extensión de desarrollo y juego, logramos un conjunto difícilmente igualable para la inmensa mayoría de compañías de software.

Hay que jugarlo, hay que vivirlo.

Enormes posibilidades de juego y variadísimas las situaciones a las que nos enfrentaremos. Las dos formas del personaje principal y sus posibilidades, la transición de un control tradicional con los mandos de Wii o su facilidad de uso son solo alguno de los ejemplos que lo bueno que es este apartado en este título.

Teniendo acceso a las dos versiones de este título, se puede decir que las diferencias en el control entre ambas son bastante escasas. Si bien usamos el mando de GameCube de forma tradicional de manera casi idéntica a la vista en Wind Waker, utilizamos el mando de Wii con los mismos objetivos cambiando simplemente la pulsación de algún botón por un gesto de manos, tanto de la izquierda como de la derecha. Sinceramente, es algo más divertido el mover la espada con una mano, realizar golpes de escudo con otra o irse a pescar haciendo los mismos movimientos que haríamos con una caña real, aunque no aproveche toda la amplísima gama de posibilidades que el mando de Wii pueda ofrecer.

Aún así, hay que decir que no se trata de valorar lo que una consola puede o deja hacer, sino de las posibilidades del juego en si. En este sentido, Twilight Princess cuenta con enormes posibilidades de juego, un mapa mucho mayor que en cualquier entrega anterior de esta saga, gran libertad de movimientos, gran cantidad de puzzles para resolver (algunos que nos mantendrán algunos minutos enganchados en ellos, algo no muy habitual en los Zelda anteriores), incluso enormes posibilidades de re-jugabilidad del título, ya que es bastante fácil dejarse un buen puñado de ?secretos? y detalles por desvelar para los que tendremos que experimentar.

Cuenta con un par de pequeños handicaps (que no fallos) para todos los aficionados a esta franquicia. La inmensa mayoría de los puzzles que deberemos resolver son rescatados de entregas anteriores, lo que facilita en exceso la resolución de los mismos a aquellos que ya hemos jugado a estos títulos. Lo curioso llega cuando un jugador que nunca se haya enfrentado a un ?Zelda? anteriormente pueda quedarse atrapado en el puzzle más simple de todos sin saber cómo avanzar, máxime cuando Wii es una consola pensada y orientada para aquellos que no se atreven a coger un mando de consola. Aún así, engancharse será difícil gracias, como no, a nuestra inseparable compañera en toda la aventura, Midna, quien nos dará consejo y guía en cada momento (a veces demasiados) para no tener problemas.

En cuanto a sus posibilidades de juego, este DVD cuenta con inmensas opciones ya que nuestro protagonista tendrá una enorme aventura por desvelar teniendo que realizar muchísimas acciones hasta llegar al final. Máxime cuando Link (o como queramos llamarlo) nos ofrecerá dos posibilidades en forma de personajes diferentes con los que realizaremos diferentes acciones que se irán combinando para resolver los puzzles o encontrar el camino correcto. Por un lado, con la forma humana podremos usar toda clase de armas y objetos mientras que cuando nos convertimos en lobo podremos usar nuestro olfato para encontrar el rastro a seguir o usar nuestra percepción para buscar posibles entradas secretas, hablar con personajes invisibles o tesoros escondidos, lo que hará que a medida que avancemos en la aventura debamos combinar ambas formas del personaje para seguir adelante, lo cual resulta genial en cuanto a desarrollo y variedad.

En resumen, podríamos estar hablando de las enormes posibilidades de juego que tiene este título nombrando infinidad de ejemplos, pero éste es uno de esos juegos que merece la pena ser experimentado por todo jugador de videojuego, vivido, y descubierto para verdaderamente volver a sentir el significado de ?magia? en un juego. Nos olvidamos de que esta consola puede hacer mucho más en cuanto a sus posibilidades de control por sus mandos y sensores de movimiento, pero no todos los juegos deben utilizar todas las funcionalidades de una consola para ser una verdadera maravilla, y lo que es mejor aún, este sistema creará escuela.

Resumen ? Elementos originales hay muchos, pero su planteamiento es demasiado similar a títulos anteriores de la saga. La sensación de ?ya he jugado a esto? es mucho más fuerte que la de ?esto es totalmente nuevo?.

Estamos ante un juego que ha sido víctima de su propio planteamiento. Cuando la anterior entrega de esta saga, Wind Waker, apareció en el mercado, se le achacaron distintos problemas y ?errores? a juicio de muchos usuarios y analistas que fueron considerados como la piedra angular de este título, y eso puede llevar consigo numerosos beneficios, pero también algunos problemas. Hacer un juego más profundo, más serio, más adulto, y más parecido a Ocarina of Time, la entrega para Nintendo 64 de esta franquicia, es al mismo tiempo su mayor beneficio y su mayor error, puesto que consigue un título que supera a este en todos los posibles parámetros aunque con demasiadas similitudes. Desde el principio del juego, encontramos una enorme cantidad de elementos que nos hacen sentir sensaciones diferentes con elementos no vistos hasta ahora por ningún otro juego, Zelda o no, y que son su mayor virtud.

La variedad de acciones que tendremos en todo momento a nuestro servicio, la interacción con los animales, la posibilidad de convertirnos en lobo para variar nuestras habilidades, e incluso el sistema de control que ha variado ligeramente (más en la versión para Wii) son los elementos más distintivos de TP que aportan una enorme variedad en su desarrollo además de numerosos elementos originales, todo ello sin contar con la infinidad de pequeñísimos elementos casi imperceptibles para cualquier jugador novel en esta saga pero inmediatamente reconocibles para los fans más acérrimos.

Por supuesto, lo más negativo se encuentra en la extrema similitud con Ocarina of Time que al principio es casi imperceptible (las primeras horas de juego), pero que a medida que vamos progresando en el juego pensamos que todo esto ya lo hemos jugado. Es como si cogiésemos un juego antiguo que nos gustó muchísimo hace algunos años y volviésemos a rejugarlo, no recordando la mayoría de sus acciones pero permaneciendo intacto todos los grandes momentos vividos con él. El volver a visitar el Valle de Gerudo, el Reino Zora o el Castillo de Hyrule, aún siendo totalmente distinto en aspecto, tanto gráfico como de mapeado, crean en nuestro interior una enorme sensación de ?deja vu? con el uso de la misma mecánica de juego, las mismas armas y los mismos artilugios.

Por supuesto, si no hemos tenido la suerte de probar este otro juego, TP se puede considerar como una enorme obra maestra de la originalidad por su planteamiento, historia, desarrollo y enorme cantidad de elementos de juego.

En conclusión, este estreno en Wii de esta enorme franquicia tiene una enorme cantidad de elementos que nos resultarán increíblemente frescos y originales incluso para sus fans, no digamos para los recién llegados a la saga. No basta, sin embargo, con introducir algunas nuevas localizaciones y cambiarles las formas a las antiguas, añadir un par de nuevos accesorios o dejarnos controlar a nuestro caballo Epona desde el primer momento. Precisamente por ser una de las más antiguas y exitosas franquicias del mundo del videojuego, como abanderado que se la debe considerar, debemos exigirle mucho más. Nintendo, en esta ocasión, ha escuchado a sus usuarios y no a su corazón, ofreciéndonos la obra que todo fan esperaba con ansia (es como si fuera la segunda parte de Ocarina of Time), pero descuidando los más básicos elementos que hacen a todos sus juegos despuntar, es decir, su carácter innovador.

Entornos imaginativos e impresionantemente grandes llenos de vida y personajes. Gran calidad en las animaciones, texturas, modelos poligonales y detalles. Un apartado sonoro a la altura.

Estamos, sin ningún temor a equivocarnos, en el mejor título a nivel técnico que tiene esta recién estrenada consola. Tras su primer mes de vida, es imposible saber cual es su verdadero potencial a nivel técnico, por lo que pensar que estamos ante un juego de una generación anterior (GameCube) y que Wii debe poder hacer algo mucho mejor es aventurar demasiado, aunque su teórica potencia sea del doble. Lo más importante es que aún siendo un juego calcado a su versión del cubo (aunque tenga alguna mejora como el modo 16:9), con las mismas texturas, gráficos y demás, ninguno de los juegos que han aparecido hasta el momento para la nueva consola, aún siendo exclusivos para esta han conseguido ni tan siquiera acercarse a la calidad en su nivel de detalle, extensión, elementos simultáneos en pantalla, calidad y cantidad de texturas o de modelos poligonales de alta calidad. Sus más de tres años de desarrollo lo llevan un paso por delante de, incluso, algunos títulos lanzados para la denominada próxima generación de consolas, cuyo máximo exponente está en la alta definición pero que no son capaces de mostrar la espectacularidad de este Zelda en escenarios, detalles o personajes.

Hablando más concretamente de este juego, nos encontramos ante una verdadera maravilla de la imaginación al servicio de la técnica.
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En todo momento se nos cuenta una verdadera historia de hadas y leyenda que nos tragamos por completo a cada paso gracias a lo que vamos viendo en pantalla. Aunque la gran mayoría de las ubicaciones han sido rescatados de Ocarina of Time, no se parecen en nada en cuanto a gráficos y muestran un aspecto fenomenal, detallado, colorista y plagado de pequeños detalles que los hacen totalmente reales, como la hierba, los árboles, las flores, las casas (cada una distinta de la anterior) o todos los personajes que aparecen en pantalla genialmente representados y con unas expresiones faciales fabulosas. Las animaciones de estos también es genial, incluso sin haber utilizado la captura de movimientos, en todas sus acciones como andar, correr, esgrimir la espada o el uso de los diferentes objetos que utilizaremos. También son excelentes las animaciones de todos los animales, como nuestro caballo Epona en todas sus acciones (incluso lo veremos defenderse cuando hay un enemigo cercano). También las animaciones de nuestro protagonista con forma de lobo son realmente espectaculares, fluidas y realistas en todo momento en carrera, cuando escarba en la tierra o cuando se sacude el agua, y es que este Zelda es muy detallista en cuanto al comportamiento de todos los personajes que aparecen mostrando en todo momento lo que se supone deberían hacer en la realidad.

Una mención aparte merece el apartado sonoro, donde las melodías que escuchamos en todo momento superan por mucho todas las bandas sonoras escuchadas hasta el momento en cualquier otro título de Nintendo. A pesar de que todos los títulos anteriores tenían una apartado sonoro considerable y algunas melodías que pasarán a los anales de la historia de los videojuegos, por regla general su sonido era demasiado ?midi?, simplista o vacío, con el acompañamiento de pocos instrumentos. Sin embargo, Twilight Princess está repleto de buenas melodías, algunas de las cuales son remezclas de temas clásicos donde su principal compositor, Koji Kondo, demuestra haber sabido rodearse de buenos ingenieros para sacar el mejor provecho a los chips de sonido de esta consola.

Por todo ello, TP se convierte en el mejor título a nivel técnico disponible para Wii en estos momentos y en uno de los mejores para GameCube (a la altura de Resident Evil 4 aunque con otro estilo). Sabemos que Wii es teóricamente superior a nivel técnico que su generación anterior, lo que nos evita darle una puntuación superior, aunque esa hipotética superioridad no ha sido demostrada de momento por ningún título para esta consola, por lo que cabría preguntarse de qué nos sirve pensar que se puede hacer mejor si nadie lo ha hecho hasta ahora.